Aura Rosa Castillo.- A punto de perder el semestre se encuentran los estudiantes de la Universidad Politécnica Barquisimeto (Unexpo), como consecuencia de las filtraciones del techo. Se prevé culminar el semestre el 2 de agosto, pero es difícil que se logre el 75% de asistencia reglamentario, informó Amael Castellanos, vicerrector regional.
La Unexpo no administra presupuesto directamente y está reconducido desde 2007, que apenas cubre el pago de nómina. Este año duró hasta el 21 de enero pasado, de ahí en adelante se trabaja con ‘maquetas’, en la cual se descargan los costos operativos. De ello sólo 4% se destina a comedor y transporte estudiantil.
La rehabilitación de la infraestructura y la solución de las carencias dependen del Ministerio del Poder Popular de Educación Universitaria Ciencia y Tecnología (MPPCYT) y la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU), enfatiza.
Eso explica el desmoronamiento de la vetusta infraestructura física, que desde hace tiempo adolece de mantenimiento sobre todo en techos. Aunado a que el hampa actúa impunemente.
Las filtraciones han impedido el desarrollo normal de clases en los departamentos de Industrial, Química, Mecánica y Eléctrica, siendo los más afectados estos últimos.
Marbelis Moreno, jefa del departamento de Ingeniería Eléctrica, justifica la suspensión de clases ya que el agua y la electricidad es una combinación peligrosa. Así, cada vez que llueve pierden cuatro o cinco días, y son afectados unos 1.000 estudiantes. Exigimos respuesta, dijo.
Los proyectos de rehabilitación son consignados años tras años ante el Ministerio.
A lo anterior se suma, -dijo- los extensos cortes eléctricos de hasta cinco horas. Si ocurre a la 1:00 p.m. retorna a las 5:00 p.m. Se pierde el día, reclamó.
La crítica situación de la Unexpo no se circunscribe al deterioro de la planta física, sino que ante la carencia del material más básico, los docentes pese al pírrico sueldo, para poder trabajar compran lapiceros, marcadores… Incluso aportan para las prácticas. O sea, subsidian a la universidad.
Sin transporte ni comedor
También muy grave, considera Marbelis Moreno, la falta de transporte y comedor, servicios elementales para el estudiantado, más aún con una hiperinflación que hace estragos. Se nos ha planteado la posibilidad de un almuerzo en Bs. 5.000, es económico, pero ni el profesor puede pagar, menos el estudiante. Un docente, el máximo escalafón devenga un sueldo de Bs. 160.000 mensuales que no cubre el valor de la cesta básica. “La blusa que cargo puesta tiene seis años”, precisó.
“Solicitamos la reactivación del comedor y sean incluidos los docentes”, manifestó.
Entretanto, como lo evidenció El Informador durante un recorrido en la casa de estudios, observó que algunos estudiantes desayunan con pasta sancochada, sin más nada. Otros, con una arepa rellena de papa y plátano.
El ingeniero Amello Rizo, departamento de Química, apoyó el reclamo de Moreno, y añadió el problema de seguridad. El hampa paulatinamente desmantela la casa de estudios y pide una investigación exhaustiva al respecto y se haga justicia.
Además, demanda la dotación de nuevas tecnologías. Los equipos datan de los años 60.
Algunos profesores reconocen que hubo una dotación de varios materiales, pero no de reactivos y estos son demasiado costosos. Por tanto, no se hacen prácticas y obviamente la calidad educativa baja.
Igual percepción refirió, Francisco Lizardo, estudiante de 6to. semestre de Ingeniería Mecánica, quien acota que las prácticas en laboratorio son por autogestión. Los profesores aportan los materiales, sin embargo, existen materias en las cuales no ven práctica, por ejemplo en mecánica de fluido y maquinarias hidráulicas.
“La situación es igual en todas las universidades. Yo estudié Análisis de Sistema en la UCLA, estoy esperando acto de grado, y es peor”.
Lizardo está dispuesto a terminar a la carrera de Ingeniería Mecánica. Pero ante la pregunta ¿Te quedarás en el país? Depende de la situación tal como está actualmente es difícil quedarse.
La deserción es alta, secciones que antes tenían 30 alumnos, hoy día asisten ocho, dice el estudiante y lo certifica Carlos Zambrano, docente en Electrónica, quien dijo que en Cálculo 4, la matrícula de 40 estudiantes se redujo a 12.
Mística y compromiso
Es justo reconocer que la crisis ha visibilizado la mística y el compromiso del docente que se queda, no se cuestiona a quien se fue, es sobrevivencia. Para muestra, el taller de Electrónica está lleno de chatarra, que son recicladas en las prácticas. Incluso hay empresas que les donan, dice Gabriel Noriega, jefe del departamento de Electrónica quien admite que muchos docentes se han ido en los últimos dos años. “Son años de experiencia que se escapan y es un personal que ha formado la universidad, el Estado”, lamenta.
Gerencian la crisis
Versión similar a las anteriores expresa María Regina Tavares, directora de docencia de la UPEL-IPB, quien afirma “estamos gerenciando la crisis” y ha surgido una serie de iniciativas para mantener las puertas abiertas.
La universidad ha sido muy afectada por la diáspora de docentes, empleados administrativos, obreros así como de estudiantes.
La razón de ser de las universidades son los estudiantes. La UPEL cuenta con tan sólo un autobús, que data de los años 60 y no se da abasto; mientras el servicio privado es escaso y costoso. Tampoco estas universidades cuentan con comedor, aún cuando 40% de los estudiantes provienen de municipios foráneos. Ante esas carencias, se activa la modalidad semipresencial y la modalidad asistida, con el uso de la tecnología.
No obstante, este proceso de enseñanza- aprendizaje ha sido impactado por las fallas en internet. Hace un año se robaron los cables y esperan la respuesta de la Cantv y retorne la conexión y civilidad. A la ya compleja situación se suman los cortes eléctricos a partir de marzo de este año.
Otro problema grave es la inseguridad, los robos son constantes. Los departamentos de Educación Física y Mecánica, fueron totalmente desvalijados.
Al respecto, Blanca de Arrieta, presidenta de la asociación de profesores, manifestó que el deterioro de las universidades es notorio. A partir de 2007 funcionan con presupuestos reconducidos en menoscabo de la infraestructura, la investigación, dotación y la operatividad en general. Amén de la inseguridad. Todos estos factores colocan a las universidades al borde de desplome, de ‘un cierre técnico’.
UCLA
El problema de las universidades son comunes. El déficit presupuestario ha golpeado seriamente la infraestructura de la UCLA, y el hampa no ha tenido clemencia. En marzo pasado las autoridades encabezada por Nelly Velásquez, rectora encargada de la UCLA, declararon al Alma Mater en emergencia.
La delincuencia ha desmantelado los siete decanatos siendo los más afectados Veterinarias y Agronómia. Se han robado los compresores de los aires acondicionados, cableados eléctricos, bombillas, computadoras, papelería y equipos de laboratorios que dificultan el desarrollo de la actividad académica.
El 20 de marzo Velásquez y demás autoridades se reunieron con Kleider Ferreiro, director de seguridad del estado Lara, y fue enfática: La seguridad de las instituciones educativas corresponde al Estado, y, es de suma obligatoriedad atacar esos focos delictivos. Sin embargo, no se ha obtenido una repuesta satisfactoria de quienes deben velar por la integridad física de las personas, así como los bienes públicos y privados.