Aura Rosa Castillo.- En Lara existen unos 290 puentes que necesitan urgente mantenimiento. “Han aguantado porque están bien construidos, manifestó Julio Gutiérrez, vicepresidente del Colegio de Ingenieros y Arquitectos del estado Lara, quien además expresó preocupación por las consecuencias que sobre algunas de estas estructura acarrea la extracción de granzón del río Turbio, ya que altera la pendiente de agua, sobre todo cuando llueve y se erosionan las bases del puente, dijo.
Los viaductos Macuto, Santa Rosa, Las Damas corren riesgo, dijo el ingeniero especialista en vialidad, quien acota que las rampas también forman parte de la infraestructura vial.
La desidia en materia de mantenimiento vial se refleja en la infraestructura. Asegura que 90% de los 6.900 puentes que existen en el país, incluido los de Lara, presentan deterioro. Además, 70% de los 100.000 kilómetros de capa asfáltica presenta daños.
Acota que los puentes se diseñan para que alcancen una vida útil de 50 años, siempre y cuando se cumpla con un mantenimiento preventivo, previo a una inspección que se debe hacer anual.
El ingeniero hizo referencia al puente El Mamón, en la Circunvalación Norte, en donde se produjo un hundimiento, que no se corrige colocando más asfalto. Allí se debe revisar el curso del agua, las bases y determinar la causa del daño. El puente Guardagallo también está golpeado.
Recordó que 2013, el Colegio Nacional de Ingenieros, elaboró un informe que recoge la problemática y fue elevado al Ministerio para el Transporte. Seis años después de ese informe podemos decir que 85% de la vialidad está igual.
En los últimos 10 años se ha rehabilitado apenas 1% de las 29 troncales que existen en el país. Incluso existen tramos que necesitan el cambio de las carpetas de rodamiento, que además en la mayoría, tiene comprometida la capa granular.
Descentralización
Anteriormente, las gobernaciones se encargaban del desarrollo de planes viales, mantenimiento correctivo rehabilitaciones vial, y para ello, en cada entidad federal fue creado un instituto. En el caso de Lara, Invilara y con la recaudación en los peajes y el aporte del Fondo Intergubernamental para la Descentralización (Fides), se costeaba el mantenimiento de la vía. Considera que descentralizar esas funciones fue un avance en el país.
Sin embargo, durante la gestión de Diosdado Cabello, como ministro de Transporte y Comunicaciones, derogó el decreto que otorgaba competencia a las gobernaciones y se centralizó, se dejó de cobrar el impuesto y el resultado son carreteras destrozadas, fustigó.
En 2015 “devolvieron la competencia a las gobernaciones”, (le puso comillas), sin embargo, los efectos no se han visto, dijo.
Carga de vehículos
Otra variante, importante a tomar en cuenta en materia de vialidad es la carga de vehículos en las vías. No obstante, hace 10 años se dejó de analizar el comportamiento vehicular y el tránsito por la red vial, pese a su relevancia. Para ello se debe monitorear el promedio de días de tránsito (PDT) y determinar la carga de vehículos pesados que se movilizan por determinada vía, detalla.
Ello permite calcular el espesor de la capa asfáltica de la estructura y por supuesto su durabilidad. “El único estudio que se calcula para falla es el pavimento” -dice Julio Gutiérrez- para luego explicar que éstos se dividen en dos: los asfaltos rígidos y los flexibles. Las carreteras con mayor carga de vehículos pesados, como gandolas, se utiliza el primero.
Un ejemplo en Barquisimeto, es la Circunvalación Norte que se ha convertido en una guillotina por la inseguridad y las gandolas circulan por la avenida Libertador, en la cual hay más intercepciones por los semáforos que tiene un pavimento flexible y no soporta la carga, en consecuencia se deteriora más rápido con el frenado de estos vehículos al producirse hundimiento, explicó.
Aunado a ésto, tampoco existe un control de carga. Según las normas Covenin, éstas no deben superar las 50 toneladas, y eso no se cumple.
Las carreteras y puentes se construyen para que tengan una vida útil de 50 años, reitera. Una troncal necesita un recarpeteo asfáltico a los 25 años. Igualmente, en vez de una inspección anual deben hacerse dos y obviamente el mantenimiento correspondiente. Lamentablemente, no se volvió a hacer y vino la debacle, cuestionó Gutiérrez.