Sin decir o escribir una palabra, el presidente estadounidense aumentó la presión sobre los gigantes tecnológicos que ya sienten el peso de investigaciones federales y del Congreso, demandas antimonopolios y críticas casi constantes de políticos de los dos partidos de mayor tradición en territorio norteamericano.
La semana pasada, Joe Biden nombró a una fiera crítica de las grandes compañías del sector, la académica antimonopolios Lina Khan, como titular de la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés). El paso fue una señal clara de una posición dura hacia los gigantes Apple, Facebook, Google y Amazon y llega en momentos en que una propuesta bipartidista en la Cámara de Representantes pudiera reducir su poder en el mercado y obligarlas a separar sus plataformas dominantes del resto de los negocios que mantienen en pie.
La comisión de asuntos jurídicos de la cámara baja debate en los actuales momentos la propuesta de ley en una sesión pública el miércoles 23 de junio, un paso inicial del que será un arduo camino por el Congreso en Washington. Muchos republicanos critican el dominio del mercado de los gigantes tecnológicos, pero no respaldan una reforma radical de las leyes antimonopolios. Los republicanos han acusado reiteradamente a las redes sociales de prejuicios anticonservadores y pudieran demandar sanciones específicas a cambio de su respaldo.
El enorme paquete legislativo, encabezado por el representante demócrata David Cicilline, crítico del sector, apunta a la estructura de las compañías y pudiera llevar a su división, un paso drástico para el Congreso contra una industria de mucho peso cuyos productos están profundamente imbuidos en la cotidianidad de las personas. Si esos pasos son ordenados, pudieran causar los mayores cambios en la industria desde el histórico caso del gobierno contra Microsoft hace 20 años. /JU
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