Esta semana inició en la ciudad de Yulin, en el sur de China, el polémico festival en el que los participantes comen carne de perro y frutos de lichis.
Según medios locales y residentes de la zona, las autoridades suspendieron sin dar explicaciones el servicio de trenes a la ciudad, para dificultar la llegada de activistas defensores de los derechos de animales.
En el período previo al festival, que dura diez días, comerciantes de lugares tan lejanos como la provincia de Sichuan planeaban proveer con perros a Yulin, comunicó un grupo de animalistas en su cuenta de WeChat.
En esa misma provincia la Policía arrestó a una persona en la ciudad de Mianyang después de hallar en su casa 56 canes enjaulados y herramientas de matanza.
Los activistas denuncian que los animales rescatados estaban muy débiles y que algunos podrían ser mascotas robadas, ya que portaban collares. Los vecinos del detenido explicaron que el hombre estuvo vendiendo perros para comer durante cerca de dos décadas.
No obstante, en las redes diversos internautas chinos que dicen apoyar «el desarrollo de la cultura local de la carne de perro» aplaudieron la posible ausencia de activistas en la presente edición del festival./SYGA
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