Los sobrevivientes excavaban a mano este jueves 23-un, en las aldeas del este de Afganistán que quedaron reducidas a escombros por un potente sismo que causó al menos 1.000 muertos. Mientras, el Talibán y la comunidad internacional, que huyó del país tras su ascenso al poder, se esfuerzan por ayudar a las víctimas del desastre.
En el distrito de Gayan, en la provincia de Paktiká, uno de los más afectados, los residentes se pararon sobre los ladrillos de barro que en su día fueron una casa. Otros caminaban con cuidado por callejones de tierra, agarrándose a las paredes dañadas con vigas de madera expuestas para abrirse paso.
El terremoto fue el más letal en el país en dos décadas, y las autoridades advirtieron que la cifra de víctimas mortales podría aumentar. Se estima que otras 1.500 personas resultaron heridas, según reportó la agencia noticiosa estatal.
El desastre causado por el movimiento telúrico de magnitud 6 infligió más penurias a una nación donde millones de personas viven en condiciones de hambruna y de pobreza, y donde el sistema de salud se ha ido deteriorando desde que el Talibán retomó el poder hace casi 10 meses, tras el retiro de las tropas de Estados Unidos y la OTAN. El ascenso del grupo cortó el vital financiamiento internacional, y la mayor parte del mundo ha rechazado al nuevo gobierno.
La forma en la que el Talibán permitirá que el mundo que ofrezca ayuda, si lo hace, sigue siendo una incógnita ya que los rescatistas, sin maquinaria pesada, trabajaban entre los escombros con sus propias manos.
“Pedimos al Emirato Islámico y a todo el país que vengan a ayudarnos», dijo un sobreviviente que se identificó como Hakimullah. “Estamos sin nada (…) ni siquiera una lona bajo la que vivir».
El alcance de los daños en las aldeas de montaña tardaba en salir a la luz. Las carreteras, que en el mejor de los casos son sinuosas y complicadas, podrían haber quedado muy dañadas, y los deslaves causados por las lluvias recientes complicaron todavía más el acceso.
Aunque en otras partes del mundo los edificios modernos soportan sismos de magnitud 6, las viviendas de barro y ladrillo de Afganistán y las montañas propensas a los desprendimientos hacen que éstos sean aún más peligrosos.
Los equipos de rescate llegaron a los lugares afectados en helicóptero, pero las operaciones de ayuda podrían verse obstaculizadas por el éxodo de muchas agencias internacionales del país después de que el Talibán tomó las riendas en agosto. Además, la mayoría de los gobiernos son reacios a tratar directamente con el grupo.
Fuente: AP