El Legado de una Tenaz Emprendedora
En la historia de los últimos tiempos, se ha dicho que las crisis puede traer consigo grandes oportunidades de cambio e incluso de crecimiento. En este sentido, de acuerdo con Albert Einstein, “…Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias…” En consecuencia quien supera una crisis, se supera a si mismo.
Así nacen muchos emprendimiento, diversas iniciativas, que redundan a la postre en exitosos negocios forjados al calor del trabajo arduo, honesto, constructivo y edificante, que marcan una pauta para las generaciones venideras, herederas de ese legado ejemplar, como lo ha vivido la Capital del estado Lara, desde tiempos pretéritos, cuando llegados allende de los mares, desembarcaban en la estación del Ferrocarril Bolívar inmigrantes llegados con la esperanza en el corazón y el ímpetu creador en el músculo corporal atizado por un alma de altos vuelos.
Desde esa época, Barquisimeto a recibido con los brazos abiertos a todo nuevo viajero sin que llegue a agotarse su capacidad de albergue, teniendo siempre pan y sal para quienes adoptan este lar como suyo, este pedazo de tierra bajo este pedazo de cielo, donde el crepúsculo los aprisionó en su seno y los llenó de su policromía. Juntos con su espíritu de servicio, de trabajo incasable, sus corazones se prodigaron hacia este suelo y esa gama de colores celeste que se imponen en el ocaso, fue el aliciente al final de la jornada diaria, con la cual han desgranado en estos lares de tuna y cardonal y alma musical, su formidable condición humana, donde brota el ingenio y todas sus facultades.
Tal es el caso, de Julia Lledo de Rodríguez, quien junto a su clan familiar arribó a nuestra urbe crepuscular proveniente de España, el inolvidable miércoles 2 de agosto de 1950, época en la que nuestro país se enrumbaba vertiginosamente hacia la modernidad en la dotación constructiva de una infraestructura para los servicios públicos desde vías de comunicación, edificios para escuelas, liceos, medicaturas, comedores escolares, cajas de agua, centros médicos-asistenciales y en fin, las instalaciones más cónsonas especialmente diseñadas para las funciones a las que estaban destinadas.
Era una Venezuela de emprendimientos, donde el Estado entre 1948-1958, había establecido una política migratoria abierta a la movilización europea, con la cual los hombres y mujeres con sus hijos venidos del viejo continente, llegaron con su pequeño mundo de vivencias y el sueño de un promisorio porvenir anidado en el corazón.
Establecida la familia Lledo en la ciudad, se asentaría el seudónimo que identificó toda su vida a la figura objeto de la presente entrega de Reseña de la Añoranza, el de “Purita” y la bonhomía barquisimetana fue aliciente de su discurrir sincero, de llana sencillez, tras lo cual se hacían sentir los valores que portaba aquella familia, en su actuar tanto humano como ciudadano, sembrando y cosechando para bien, para ellos y para su entorno, para la ciudad y su gente, por eso hoy traemos a colación la figura de esta mujer excepcional surgida de este hogar, que estrechó lazos de amistad bajo el candor del arrebol barquisimetano de colores preciosos que Dios pintó, arrullada por las serenatas, festejada en la unión matrimonial al contraer nupcias Julia Lledo con Jairo Rodríguez Anzola.
Con la feliz unión, “Purita” de Rodríguez terminará por mimetizarse con el ambiente larense, sus costumbres e idiosincrasia, siendo el entorno de la carrera 19 con la calle 31 el epicentro de su palpitar humano, sentimental y ciudadano. El matrimonio Rodríguez – Lledo, hará vida social y comercial dada la ascendía de comercio y servicio por excelencia de Barquisimeto. Del llamado cordial de la tierra, Jairo Rodríguez Anzola, cuyos orígenes se encuentran en la ciudad de los lagos verdes, es decir, en El Tocuyo, abrazó el quehacer del campo en zona cercana a Carora, donde los reveses que advinieron en aquellos días, hicieron desistir de la empresa agropecuaria a la familia Rodríguez – Lledo y de retorno en Barquisimeto, la estreches económica hizo brotar el ingenio y todas las facultades de “Purita” y con su buen juicio, con su destreza en la cocina, su buena sazón y enérgica voluntad, opto por el delantal, una freidora y los ingredientes necesarios para preparar su inigualable pollo, cuyo éxito la llevó en poco tiempo en 1983 a trasladarse a un local en el Centro Comercial Canaima, donde desplegaría sus alas este centro alimenticio con todas las de lay, surgiendo así un establecimiento de comida rápida, que se muda a la carrera 19 entre las calles 10 y 11, donde emerge la figura icónica de El Pollo Graduado, en sintonía con su cercanía a la sede del Rectora de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado.
Allí en aquel pequeño local, se gestó la cocción de un emprendimiento, que a la postre se transformaría en una meritoria empresa familiar de altos vuelos, cuyas miras con base al trabajo edificante, honesto y productivo, con la conciencia que el recurso humano es el mayor activo de tal iniciativa, se tradujeron en una expansión creciente, siempre apostando a lo nuestro, a la producción local con altos estándares de productividad dentro de este renglón de manera sustentable, es decir, ofreciendo un producto de calidad, cumpliendo con las medidas sanitarias, de seguridad laboral, de manejo y manipulación de alimentos y de una esmerada atención al servicio de la gratificación de su nutrida clientela que a lo largo de 41 años, se ha convertido en una experiencia gastronómica única, todo ello bajo la tutela, directrices y providencial visión tanto productiva, como comercial de su fundadora Julia “Purita” Lledo de Rodríguez, en una palabra “Purita” de Rodríguez.
Bajo la batuta de esta indudable capitana, se forjó no sólo una empresa familiar, sino un legado, cuya ascendencia influirá decisivamente en sus hijos, quienes se incorporarán paulatinamente desde, la hija mayor que acompaña a su madre en sus comienzos, como los otros que irán conquistando posiciones, otorgadas por la fundadora al considerar que se hacían merecedores de tales posiciones, como lo hizo igualmente con el resto de sus empleados, pues siempre considero al recurso humano como una gran familia.
El liderazgo de “Purita” de Rodríguez, fue indiscutible, con una perspicacia admirable, un olfato para las oportunidades único y una asertividad en sus decisiones que dejaba perplejos a los más aquilatados académicos de las distintas áreas del quehacer mercantil. La prosperidad alcanzada, que le propició una relativa holgura económica, la orientó en dos direcciones, una al mejoramiento y actualización de los procesos del negocio, para mantenerse a la par de las exigencias que los tiempos van imponiendo de manera inexorable y la otra, al plano familiar, donde desplegó lo mejor de su bagaje humano en favor de los suyos, de sus hijos y nietos, más allá de la esperanza de su incorporación al negocio familiar, que en la actualidad cuenta con presencia en Caracas, Valencia, Acarigua y Barquisimeto, ciudad esta última epicentro de su gestación, donde hay hoy por hoy varios punto de venta y consumo de El Pollo Graduado.
Julia “Purita” Lledo de Rodríguez, indiscutiblemente, fue una mujer de un talante emprendedor, de un inquebrantable espíritu de superación, de una tenacidad incansable y de una visión fuera de serie. En lo personal la recordamos, siempre atenta y gentil, risueña, pero firme en la posición asumida ante tal o cual circunstancia, donde rara vez erraba. La recordamos en su automóvil Levaron, bien cuidado y en consecuencia impecable, familiar y alegre, amorosa con los suyos y generosa con quienes la acompañaron en su emprendimiento, que se convirtió luego en una especie de franquicia, que traspasó las fronteras patrias, en manos de su descendencia, como prolongación de su legado, ese de la sazón y forma de hacer El Pollo Graduado y la inigualable salsa que lo acompaña y que lo caracteriza.
Esta Reseña de la Añoranza, nos hace traer a colación el pensamiento de ese gran emprendedor de todos los tiempos, como lo fue don Eugenio Mendoza, quien siempre tuvo presente la absoluta confianza en el futuro del país y de la acción de sus gentes, manifiesto en una oportunidad con las siguientes palabras: “…todos los que tenemos fe y creemos en nuestra Venezuela, plena de oportunidades, debemos seguir construyéndola con trabajo constante y positivo…”
A decir del Dr. Tomás Polanco alcántara, “…las biografías no son apologías ni tampoco estudios críticos. Son relaciones de vida que proporcionan al lector los elementos de juicio que necesita para conocer y comprender al biografiado…” Por otra parte, el mismo autor señala: “…resulta atractiva la investigación biográfica. Se trata de reconstruir una vida, de poner de nuevo a andar, a decir cosas, a existir, a personas olvidadas…”
La intención de esta entrega de Reseña de la Añoranza, ha sido la de contribuir al refrescamiento de una mujer, que supo cambiar el sentido de la comida rápida localmente, que luego se convirtió en franquicia, guardando las distancia, como lo hizo en 1954, un hombre llamado Ray Kroc, vendedor de licuadoras, quien descubrió un pequeño restaurante de hamburguesas en California, y escribió la primera página de la de una de las franquicias más grandes de la historia, que se conoce como McDonald’s, o como el Coronel Pete Harman Sanders, quien con una olla de presión inventó una freidora que optimizó el freído del pollo en breve tiempo, convirtiéndose en 1952 en el fundador de Kentucky Fried Chicken, conocida oficialmente por sus siglas KFC.
Hoy al referirnos, a Julia “Purita” Lledo de Rodríguez, nos parece hojear un gran álbum familiar, donde las imágenes van pasando en sucesiva cronología, mostrándonos panorámicas que fueron, gente que ya no está y costumbres que se modificaron, referiros a esta dama, es amigos lectores, recordar un fragmento de un colosal contingente humano quienes llegados de otras partes, le dieron a nuestro gentilicio, integridad y elevación, porque el ser humano siempre tiene sus miras en las alturas, pensando en esos cielos que dejó dios hecho cielo, para irse a otras alturas para seguir siendo Dios.
Sin discusión alguna, hoy día, los mejores chicharrones de pollo desde 1983, tienen nombre y apellido, El Pollo Graduado, toda una tradición arraigada gracias al emprendimiento que tuvo hace 41 años “Purita” de Rodríguez, son cuatro décadas consintiendo el paladar de los barquisimetanos y aún más allá, ocho lustros de constancia, crecimiento y confianza en el país y sus inagotables potencialidades, ofreciendo no solo el placer gastronómico que proporcionan, sino igualmente oportunidades de empleo, crecimiento personal y de una manera de ser y hacer, tal cual como lo hizo desde sus inicios su fundadora, cuya descendencia sigue el legado de una tenaz emprendedora.
Barquisimeto, domingo 23 de junio de 2024.