Aunque el Estadio Olímpico de Tokio se encontraba sin espectadores en sus miles de butacas, solo contando con la presencia de los delegados especiales e invitados de honor de los diferentes entes deportivos internacionales, cada una de las delegaciones participantes desfiló con sus uniformes de gala para cumplir con la tradicional ceremonia de inauguración, donde cada país llevaba al frente a su abanderado, para llenar de orgullo a sus respectivos compatriotas.
La ceremonia comenzó con diferentes presentaciones que buscaban mostrar los valores del olimpismo desde sus orígenes en la antigua Grecia hasta llegar a la representación de las tradiciones del país del Sol Naciente, país que alberga por segunda ocasión los Juegos Olímpicos, luego de ser sede en 1964.
La pandemia del Covid-19 no fue impedimento para que el espíritu del olimpismo se hiciera presente y cada uno de los atletas desfilara con la frente en alto, la mejor sonrisa y el orgullo en el pecho para contagiar a los miles de millones de personas que observaron dicha ceremonia por las diferentes señales satelitales.
Venezuela estuvo presente en este acto inaugural, donde el encargado de portar el tricolor nacional fue el sensei Antonio Díaz en compañía de la judoca Karen León, ambos firmes candidatos a luchar por estar arriba del podio de los ganadores . /JU
Foto: COV