¿Cómo una operación de apendicitis o de la vesícula pueden causar la muerte a alguien? es la pregunta que se hacen familiares de dos fallecidos en las últimas horas en el Hospital Antonio Maria Pineda de Barquisimeto, los consultados por EL INFORMADOR narraron desde la morgue los hechos, entre lágrimas y desesperación.
El primer caso
Se trata de una mujer de 37 años que fue ingresada por su hijo al 16 de octubre a la emergencia de ese centro asistencial, lista para ser operada de la vesícula, pero una vez que la subieron a pabellón las cosas comenzaron a complicarse.
Según versiones de su pareja, Michael Ochoa, los doctores le suministraron un analgésico a la mujer para llevar a cabo la operaración, después que lo hicieron y debía recuperarse, empezó a manifestar que una de sus piernas se había «dormido», aparentemente los especialistas volvieron a inyectarle el medicamento.
La mujer, presuntamente se negó al analgésico pero aún así lo recibió, posteriormente, la mitad del cuerpo comenzó a dejar de funcionar y falleció, lo único que les explicaron a los familiares fue que había sufrido muerte cerebral, en la tarde de este domingo.
Los familiares señalaron que ella, casi inconsciente sólo podía movilizar una de sus manos y que presuntamente lo que le habían suministrado estaba vencido.
Ochoa expresó que formuló la denuncia contra la doctora que los atendió, en un organismo de protección a la mujer, además de que en las próximas horas llevaría a cabo la denuncia formal en la Fiscalía 28 del Ministerio Público para encontrar respuestas a lo sucedido. El cadáver fue retirado ayer después que la autopsia fuera realizada, aunque en estos momentos se desconocen los resultados.
Segundo caso: «Era una operación sencilla»
En otro pabellón, pero del Seguro Pastor Oropeza, fue operado Pastor Petit (72) de apendicitis, pero el hombre falleció a las dos semanas, por supuestas complicaciones que originó la cirugía.
La hija de Petit, Josef Suárez, estudiante de medicina, expresó también a EL INFORMADOR que su padre sufrió una obstrucción intestinal y una viseración grado dos, por lo que tuvieron que operarlo una segunda vez en el Hospital Antonio María Pineda, aparentemente, con los días comenzó a mostrar complicaciones de la cirugía que le practicaron en el Oropeza.
«Todo lo hicieron mal, lo dieron de alta y ni siquiera esperaron las 24 horas, tenía toque neurológico por la anestesia, con antibióticos vía oral, cuando no se puede mandar a un paciente con semejante cirugía con un solo antibiótico», indicó.
Suárez señaló también que la persona que practicó la cirugía es una «médico integral de las misiones» y que es difícil de entender cómo pudo operar de esa forma, ya que no colocó lo que hizo en el informe operatorio. «Era algo súper sencillo, sacar el apéndice es abrir y cerrar, sencillo», dijo.
La joven narró que en el Hospital Central tuvo que pagar unas enfermeras para que cuidaran a su padre los días que se mantuvo hospitalizado, narró, que están cobraban hasta 1 millón 400 mil bolívares diarios y sólo con donaciones pudieron pagarlas.
Enmanuel De Sousa
Fotos: Ángel Zambrano