La presión constante y permanente fueron el detonante en la muerte del cumanés Omar Malavé a los 58 años en Estados Unidos, y lo acaba de confirmar su hija Omi Jensen en la localidad de Dunedin en Florida, al informar que por eso se suicidó su padre producto de problemas emocionales, psicológicos y sociales, desmintiendo y asegurando que había sido por complicaciones asociadas a la Covid-19.
A Omar lo entrevistamos hace dos décadas en Hotel El Príncipe de Barquisimeto, acompañado de Luis «El Conejo» Matheus, recopilador (estadístico) de datos de béisbol del diario El Impulso y de Cardenales de Lara. Junto a su esposa nos dijo que el trabajo de mánager hace envejecer a las personas, y nos mostraba algunas canas que ya comenzaban a cubrir su caballera a los 38 años. Desde ese momento ya estaba pendiente de lo que ocurría en el entorno y a su alrededor.
Curiosamente y vinculado al caso de Omar, el exgrandeliga José Celestino López de 37 años, también oriental pero del estado Anzoátegui (Omar era de Sucre), prácticamente salió huyendo y corriendo de Japón donde jugaba como pelotero de la Nippon Professional Baseball o la Liga Japonesa de Béisbol Profesional, porque la angustia y la presión no lo dejaban estar con su familia. «Fueron ocho años sin compartir con mi esposa, jugar con mis hijos, sentirme libre, tranquilo, algo que no tiene precio», declaró ante unos periodistas Celestino, como lo conoce casi todo el mundo.
Incluso un caso que estremeció al béisbol fue el del joven estadounidense Drew Robinson, grandeliga con Rangers de Texas y Cardenales de San Luis como jugador del cuadro y jardinero, que intentó suicidarse. En abril de 2020, a los 28 años, se dio un tiro en el ojo derecho, que perdió, pero no murió. Iba a dispararse en la cabeza porque no quería vivir, aunque según él lo intentó pero en lugar de morir sólo mató a su ego. Problemas, frustaciones por la pérdida de su hijo y la pandemia por la Covid-19 que lo obligaron regresar a su casa hasta conducirlo al borde del suicidio.
¿SUICIDIO DE MALAVÉ?
Omi Jensen la hija de Omar Malavé comunicó que la salud mental de su padre lo abrumó, lo desconcertó, lo aturdió y terminó en el suicidio. Ella recordó que eso es un tema tabú, en especial para los hombres, porque no creen que los problemas pueden llevarte a quitar la vida. Aclaró que «se les enseña a ignorar sus sentimientos y ser fuertes, pero en realidad es que también tienen sentimientos y emociones, el suicidio viene en todas las edades, sexos y tamaños», insistió.
Omi está muy clara y por eso no iba a esconder nada sobre lo ocurrido a su padre. «La salud mental es muy importante y cualquier persona puede atravesar por esos problemas difíciles: Nunca en un millón de años pensaría que mi padre haría esto, pero lo hizo», luego de ser exitoso como jugador y mánager durante más de cuatro décadas, debutar como infielder con Cardenales de Lara y Azulejos de Toronto en 1980, ligado a esas organizaciones buena parte de su carrera y vivir sus mejores momentos como piloto e instructor, informó la Liga Venezolana de Béisbol Profesional.
LLANTO DE SU HIJA
Omi no deja de llorar, no para desde que conoció el fatal desenlace. Ahora crítica al béisbol que no sólo ofrece alegrías, sino también amarguras, frustraciones, tras las muchas presiones vividas por jugadores, asistentes, colaboradores y personal de todos los equipos. «Todo para cumplir una fantasía que no existe, sólo es para conseguir dinero».
Omi, con lágrimas en los ojos, reza por el descanso de su padre. «Para que seas libre y sientas los rayos del cielo brillar en tu alma.¡Te quiero más que nunca! Gracias por la hermosa vida que me has dado», escribió palabras conmovedoras sobre su amado y querido papá vía Twitter.
Vía Propia
Foto: Omar Malavé no ha muerto en el corazón de su familia