Una de las canciones que más suena en navidad en Venezuela es sin duda alguna el villancico “Mi burrito sabanero”, la cual se grabó en 1976, con la voz del niño Ricardo Cuenci, que en ese entonces tenía ocho años, composición del afamado Hugo Blanco.
Desde entonces año tras año la canción no deja de sonar en estas fechas y obtuvo reconocimiento internacional, incluso la revista estadounidense Billboard la nombró en 2021 como uno de los 100 mejores villancicos de la historia.
Casi cinco décadas después Ricardo Cuenci vive en la pobreza, porque nunca recibió pagos por la grabación ni posteriores presentaciones junto a un coro. Se conoció que además llegó a estar en prisión por varios años acusado de hurto y recientemente saquearon su casa.
“Estaban grabando, pero el que estaba cantando no les servía. Me hicieron pasar y me pusieron a cantar. Yo no pronunciaba la ‘s’, decía ‘tabanero'”, contó Cuenca en entrevista con el programa venezolano La Cata Musical, recientemente.
También relató que tras horas de ensayar, le fue imposible pronunciar bien, pero los productores se rindieron y aceptaron que suene un poco raro, detalle que no impidió que el villancico se convirtiera en un éxito.
A raíz de la buena aceptación del público nació el grupo La Rondallita con los niños de un coro que participaron en la pista navideña. Cuenci viajó de gira por el continente y casi abandona Venezuela del todo por aventurarse con el grupo Menudo en Puerto Rico, sueño que se truncó porque sus padres rechazaron la propuesta, según recoge el medio La Prensa Gráfica. “Si yo hubiese estado con Menudo la historia fuese otra, no estaríamos con mi familia en esta situación”, expresó con nostalgia.
El tema siguió sonando, pero no su intérprete, que hoy permanece en el olvido. “Nunca recibimos nada, ni el coro ni La Rondallita. Quisiera que se hiciera justicia conmigo porque tengo gente detrás que me necesita”, señaló. Ahora con 55 años, en la entrevista Cuenci pidió ayuda, pues atraviesa difíciles momentos: ladrones ingresaron a su casa y se llevaron todas sus humildes pertenencias. En la plataforma GoFundMe se abrió una cuenta para recolectar cinco mil dólares y ayudarlo.
Una historia similar vivió el ya fallecido Adrián Guacarán, “El niño que le cantó al Papa Juan Pablo II”, quien en su momento recibió algunos ofrecimientos que no le fueron otorgados en su totalidad y aunque su historia ciertamente fue distinta al trabajar incluso para televisoras privadas como RCTV y Venevisión y luego trabajar administrativamente en gestiones gubernamentales, al tiempo se convirtió en paciente renal y solicitó ayuda por redes sociales para obtener algunos medicamentos que no se conseguían en el país, pero esto nunca ocurrió y falleció en 2017 sin recibir ayuda.
Dos figuras ícono de la cultura venezolana que han quedado en el olvido y que en este caso con Ricardo Cuenci, aún existen esperanzas de recibir alguna clase de ayuda que le permita salir adelante y mantener a su familia.
Con información de El Deber
Foto: Instagram @ricardocuenci