Dos segundos parecen ser insignificantes dentro de la inmensidad del tiempo. Para un ser humano común tienen poca relevancia, aunque para un atleta de alto rendimiento este breve periodo resulta de suma importancia, e incluso, puede hasta privar a un deportista de conseguir la gloria.
Fueron precisamente dos segundos los que le faltaron al pedalista venezolano Orluis Aular para consagrarse en el Tour de Tochigi, después de que fue superado en la última etapa y tuvo que conformarse con el subcampeonato de la competencia que pertenece al calendario asiático oficializado por la Unión de Ciclismo Internacional (UCI).
Aular, que llegó a la jornada dominical como líder, fue apartado del título con esta exigua diferencia después de ceder en el embalaje de la tercera y última carrera ante el holandés Raymond Kreder.
El ciclista, oriundo del estado Yaracuy, llegó con cinco segundos de ventaja sobre su contendiente europeo y solo necesitaba traspasar la meta de primero para quedarse con la corona, pero no pudo contener el embate de Kreder, quien redujo diferencias con dos premios bonificables repartidos en el intermedio de la carrera y sobre el final pudo adjudicarse el campeonato.
Pese a no subirse en lo más alto del podio, para Orluis Aular su participación en el certamen japonés con su nuevo equipo, el Matrix Powertag, dejó un saldo positivo: estuvo siempre entre los punteros y se quedó a muy poco de lograr la gloria. Además, su incursión por el territorio asiático ha sido fructífera, pues la semana anterior saboreó las mieles del triunfo en la primera vuelta de la Copa de Japón.
La intención de Aular es seguir reuniendo méritos para llamar la atención de un team que haga vida en el circuito europeo, en el que se supone es considerado como la primera división del ciclismo profesional.
Agencias