El infield venezlolano Gleyber Torres debutó como papá en un hospital de Dunedin en Florida, Estados Unidos, y con su esposa Elizabeth le dio la bienvenida a Ethan, mientras ahora coge aire y espera tener un repunte esta temporada en las Grandes Ligas con los Yanquis de Nueva York.
Inclinado sobre la cuna no podía dejar de ver fascinado a su primer hijo, sintiendo el peso de ser padre por primera vez. Todavía faltaban horas para que se parara en la caja de bateo y se quedara mirando a lanzadores de las Mayores, una tarea que el pelotero de los Yanquis también se toma cada vez con más responsabilidad.
El ahora orgulloso padre se puso los spikes, para regresar al trabajo con dos hits y una carrera empujada en la derrota 9-2 de los los Mulos del Bronx ante los Azulejos de Toronto el martes 22, una historia que más allá del resultado final seguramente contará muchas veces en el futuro. “Son muchos sentimientos. Siento como si mi vida cambiara”, afirmó Torres. “Es un montón de motivación para mejorar”.
Aunque él y los Yanquis el martes 22 llegaron a un acuerdo de 6.25 millones de dólares, evitando o impidiendo ir a la audiencia de arbitraje, la mente del jugador del cuadro parecía estar en otro lado. Elizabeth dio a luz el domingo 20, luego de 24 horas de trabajos de parto y Torres pasó la noche en el hospital antes de retornar a casa el lunes 21, mientras su madre se iba a la clínica.
Pudo dormir esa noche, envió algunas rectas hacia los callejones durante las prácticas de bateo el lunes 21 y firmó autógrafos por la raya del jardín izquierdo, pero descubrió que sencillamente no había forma de apretar un botón y ponerse otro en modo de pelotero. Para el sexto inning, cuando Torres fue retirado en la segunda base al intentar extender un sencillo remolcador, se mantuvo aliviado de poder regresar a su casillero y lograr contactar a su familia.
EL BEBÉ SU PREOCUPACIÓN
A pesar de estar en la práctica de juego, su preocupación era el bebé. “Es difícil concentrarse por saber si todo estaba bien”, confesó quien rápidamente supo que el ciclo comer-dormir-llorar-comer estaba bajo control. “No lo sé, es mi primer hijo. Realmente estoy muy feliz”.
NUEVOS COMIENZOS
Recordó esta temporada ofrece nuevos comienzos. Ya su currículo a nivel de Grandes Ligas empieza a ampliarse y siempre obliga a revisar dos veces en las páginas de referencias que aún lo tienen con apenas 25 años. Claro, tiene bastante tiempo en el equipo para que eso sea verdad. Pero lo es. Todavía le queda mucho en el camino, a pesar de una mala campaña del 2021 en la que bateó .259/.331/.366, con mueve jonrones y 51 empujadas en 127 partidos, y hasta en septiembre terminó por perder su posición en el campo corto.
YANQUIS ANSIOSOS
Los Yanquis, lógicamente, están ansiosos de ver otra vez aquella versión de Torres del 2019, aquel que conectó 38 jonrones y atormentó a los Orioles de Baltimore durante toda la campaña. Quizás los metropoliltanos vuelvan a ver a ese Gleyber. Quizás la paternidad vuelva a abrir esa puerta: el de la madurez, la consistencia y la duración ofensiva en todos los partidos.
Vía AP
Foto: Gleyber Torres espera tener una buena temporada