El esperado live-action de Blancanieves, protagonizado por Rachel Zegler y Gal Gadot, se ha encontrado con un recibimiento más frío de lo esperado, poniendo en entredicho el futuro de los remakes de clásicos animados de Disney. Con un presupuesto colosal de USD 270 millones, la cinta apenas ha logrado recaudar USD 87,3 millones en su primer fin de semana a nivel mundial, una cifra muy por debajo de lo proyectado por el estudio.
Y es que, a pesar de debutar en el primer lugar de la taquilla estadounidense con USD 43 millones, la cifra palidece frente a otros estrenos recientes de Disney en el mismo formato, como La Sirenita (USD 95,5 millones) o El Rey León (USD 191 millones). Este arranque modesto recuerda más al de Dumbo (USD 45,99 millones), una película que, con un presupuesto menor de USD 170 millones, ya fue catalogada como un fracaso.
Uno de los factores que han jugado en contra de Blancanieves es la polémica que rodeó su producción desde el principio. La elección de Rachel Zegler para el papel titular desató un sinfín de debates en redes sociales y las declaraciones de la actriz sobre el contenido de la película generaron reacciones encontradas. A esto se suman las posturas políticas de Gal Gadot, que también dividieron al público. Disney, consciente del ruido mediático, optó por una estrategia de promoción más discreta, limitando la cobertura de prensa en su estreno.
Según Mikel Zorrilla de Espinof, «el público le ha dado la espalda» a la película, destacando que su arranque en taquilla ha sido decepcionante en comparación con otros remakes recientes de Disney. Además, Miguel Pedreros en NTN24 resalta que aunque los números no son catastróficos, los altos costos de producción ponen en duda la viabilidad financiera del proyecto. Por su parte, Borja Ruete de Meristation ofrece una visión más indulgente, señalando que, si bien el CGI y el tono pueden ser problemáticos, la película funciona como un musical y resulta entretenida.
La crítica se muestra dividida
Mientras que la taquilla no ha acompañado a la película, la crítica ha ofrecido opiniones mixtas. Algunos analistas han destacado su valor como musical y el carisma de Zegler en el papel principal, aunque señalan fallos evidentes en el CGI y en el tono general del filme. Por otro lado, la interpretación de Gal Gadot como la Reina Malvada ha sido duramente criticada, considerándola fuera de personaje y sin la intensidad necesaria para el papel.
Uno de los aspectos más comentados ha sido la modernización de la historia. Si bien Disney ha intentado adaptar el relato a sensibilidades contemporáneas, algunos espectadores han señalado que los cambios en la trama y la representación de los personajes han restado profundidad y carisma a la cinta. La eliminación de elementos clave del cuento original y la transformación del príncipe en un líder revolucionario también han generado opiniones encontradas.
¿Un modelo en crisis?
El tropiezo de Blancanieves se suma a un patrón de resultados irregulares en los últimos live-actions de Disney. Mufasa: El Rey León no logró igualar a su predecesora y La Sirenita, a pesar de un desempeño aceptable, quedó lejos de ser un fenómeno de taquilla. Estos resultados podrían llevar al estudio a replantear su estrategia para futuras adaptaciones, sobre todo considerando que Lilo & Stitch, otro remake en camino, ha sido identificado como una posible redención para la franquicia.
El fracaso o el éxito final de Blancanieves dependerá de su desempeño en las próximas semanas pero, con un presupuesto tan elevado, la recuperación de la inversión parece complicada. La audiencia ha enviado un mensaje claro: la nostalgia por sí sola no es suficiente para garantizar un éxito en taquilla.
Foto: AFP News