Las autoridades sanitarias argentinas comenzaron el viernes a testear la prevalencia del nuevo coronavirus en la población con pruebas masivas en los principales puntos de aglomeración, como las terminales de trenes de Buenos Aires.
Decenas de personas se sometieron voluntariamente a los testeos en la estación terminal de Constitución, una de las más concurridas de la capital argentina. Los análisis se extenderán durante todo el día y próximamente a otras estaciones ferroviarias.
Las autoridades señalaron no se trata de pruebas diagnósticas para identificar a enfermos de COVID-19 sino de test rápidos que detectan anticuerpos e indican quiénes estuvieron en contacto con el virus y cursaron la enfermedad de forma asintomática.
En Argentina hay 3.268 infectados y 167 fallecidos.
En tanto, unos 40 presos se subieron a los techos de la cárcel de Devoto, en la capital argentina, donde generaron destrozos y prendieron pequeños focos de incendio en reclamo de excarcelaciones y prisiones domiciliarias. Los internos se quejan de que el hacinamiento los hace más propensos a contagiarse. Funcionarios del sistema penitenciario intentaban establecer un canal de diálogo con ellos.
En las últimas semanas han aumentado las protestas en las cárceles argentinas. Más de un millar de internos de ocho unidades penitenciarias de la provincia de Buenos Aires están en huelga de hambre en demanda de libertades condicionales y arrestos domiciliarios.
Días atrás, el máximo tribunal penal recomendó a los tribunales inferiores medidas alternativas al encierro para los condenados por delitos de escasa lesividad.
En Colombia, la Administración de Riesgos Laborales entregó en una semana más de 2,6 millones de elementos sanitarios para trabajadores de la salud para contener la propagación del COVID-19, que hasta el momento ha dejado en el país 4.561 contagiados y 215 fallecidos.
Por su parte, el alcalde de Villavicencio, al sur del país, emitió una alerta sanitaria luego de que en la cárcel de esa ciudad 98 personas -entre internos y guardias- dieron positivo al coronavirus, de los cuales tres fallecieron.
Chile, con 12.306 contagiados y 174 fallecidos, puso en línea una plataforma para la inscripción de médicos recientemente jubilados, extranjeros y alumnos del último año de la carrera de medicina en preparación para la llegada del pico de la enfermedad.
“Lo que viene hacia los próximos meses no es fácil ni para Chile ni para el sector sanitario… es por eso que necesitamos la máxima ayuda posible”, dijo el ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien señaló que unos 720 profesionales de la salud están contagiados, incluidos 228 médicos, y unos 2.000 están en cuarentena.
A los médicos extranjeros no se les exigirá la rendición de un examen que evaluaba sus conocimientos y que se aplicaba antes de la llegada del virus a Chile el 3 de marzo.
En Chile hay unos 360.000 profesionales en la salud pública y privada.
El secretario del Colegio Médico chileno, José Miguel Bernucci, dijo que la entidad “está de acuerdo con esto porque estamos en una situación en la que se requiere”.
Mario Luppi, jefe de Infectología del hospital clínico de la Universidad de Chile, aseguró que, hasta ahora, los contagios entre el personal de la salud se producen al exterior de los recintos hospitalarios.
En México, e l mayor número de elementos de las fuerzas armadas está destinado a realizar labores de vigilancia y proveer seguridad durante la contingencia sanitaria por el coronavirus.
De acuerdo con el general Luis Crescencio Sandoval, encargado de la Secretaría de la Defensa Nacional, 18.632 efectivos están dedicados exclusivamente a labores que tienen que ver con el COVID-19. Detrás de ese grupo viene el que está dedicado a las actividades de migración en las fronteras norte y sur.
Luis Rodríguez Bucio, encargado de la Guardia Nacional, dijo que durante el COVID-19 su labor es resguardar las instalaciones hospitalarias y prevenir el robo de medicamentos o equipos en los hospitales, además de tratar de evitar agresiones al personal de salud.
En las últimas semanas en todo el país se han reportado agresiones hacia el personal sanitario, sobre todo mientras esperaban el transporte público, y en algunas instalaciones hospitalarias, donde las fuerzas de seguridad no intervienen.
Hasta el jueves por la noche México tenía 11.600 casos confirmados y al menos 1.069 fallecidos.
La ministra de Gobierno, María Paula Romo, dijo que en Ecuador se han registrado 560 fallecidos a causa del COVID-19 y 22.719 contagiados, en tanto 1.366 pacientes recibieron el alta hospitalaria.
Aclaró que la duplicación de la cifra de contagiados no corresponde a un rebrote sino al procesamiento de miles de pruebas que habían sido tomadas hace semanas y cuyos resultados fueron obtenidos gracias a la suma de nuevos laboratorios.
La provincia de Guayas sigue siendo el epicentro de la pandemia en el país con 15.365 casos.
Desde El Salvador, el gobierno informó que el presidente estadounidense Donald Trump prometió donar al país respiradores para equipar los hospitales que atienden a pacientes con COVID-19. Según un comunicado de prensa de la presidencia, el mandatario Nayib Bukele sostuvo una llamada telefónica con Trump, en la que se comprometió a enviar los respiradores mecanismos.
No se dijo cuántos aparatos serían. La víspera, desde Colombia, se informó sobre una conversación similar entre Trump y el presidente Iván Duque.
En América Latina hay unos 144.700 contagiados y más de 6.000 muertos.
El coronavirus ha infectado a más de 2,7 millones de personas y causado la muerte a más de 194.000 en todo el mundo, según el Centro de Ciencias e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que basa sus datos en los informes de los gobiernos y las autoridades de salud de cada país.
En la mayoría de la gente este virus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. Pero en algunas personas, sobre todo los adultos mayores y quienes padecen trastornos de salud subyacentes, puede causar enfermedades más graves e incluso la muerte. AP
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