Francia decide este domingo entre el centrista Macron y la ultraderechista Le Pen. A las 17.00, la participación era del 63,23%, dos puntos menos que en 2017
Francia empezó a votar en la segunda vuelta de las presidenciales, una votación con implicaciones para el futuro de Europa en la que el actual mandatario, el centrista Emmanuel Macron, partía como favorito pero enfrentaba un duro desafío de su rival de ultraderecha, Marine Le Pen.
Macron pidió a los votantes que confiaran en él para un segundo mandato de cinco años tras un mandato que incluyó protestas, la pandemia y la guerra en Ucrania.
Una victoria de Macron le convertiría en el primer presidente de Francia en 20 años que obtiene un segundo mandato.
El resultado de los comicios en Francia, una potencia nuclear con una de las economías más grandes del mundo, también podría afectar al conflicto en Ucrania, ya que Francia ha jugado un papel clave en los esfuerzos diplomáticos y el apoyo a las sanciones contra Rusia.
El apoyo a Le Pen ha crecido durante la campaña al nivel más alto que ha logrado nunca la candidata, y la participación resultará decisiva el domingo.
Muchos de los que tenían previsto votar por Macron lo harían para frenar a Le Pen y a ideas consideradas como demasiado extremas y antidemocráticas, como su plan de prohibir el uso del hiyab islámico en público o sus lazos con Rusia.
La primera en votar fue Le Pen en Henin-Beaumont, en el antiguo corazón industrial de Francia. Ahí saludó alegremente a los trabajadores electorales en la ciudad norteña. Salió de la cabina de votación radiante y depositó su papeleta en una caja transparente. Afuera, se tomó fotos con sus seguidores.
Luego vino Macron, quien estrechó docenas de manos, y cargó a un niño, en su trayecto desde la casa familiar en la ciudad turística de Le Touquet en el Canal de la Mancha hasta su centro de votación.
Los dos candidatos intentan atraer los 7,7 millones de votos que obtuvo el candidato izquierdista Jean-Luc Melenchon, derrotado en primera vuelta. La participación al mediodía era de 26,1%, un poco más que en la primera ronda del 10 de abril.
Para muchos de los que votaron a favor de candidatos de izquierda en la primera ronda del 10 de abril, esta segunda votación plantea una desagradable decisión entre la nacionalista Le Pen y un presidente que algunos creen se ha desplazado hacia la derecha en su primer mandato.
El resultado podría depender de qué escogen los votantes izquierdistas, entre apoyar a Macron o abstenerse y dejarle que se las arregle contra Le Pen.
Todos los sondeos de opinión de los últimos días apuntaban a una victoria del mandatario europeísta de 44 años, aunque la diferencia respecto a su rival nacionalista, de 53 años, variaba mucho, entre 6 y 15 puntos porcentuales, en función de la encuesta. También adelantaban un posible récord de personas que votarían en blanco o se quedarían en casa.