El Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), el mayor recinto carcelario de mujeres de Venezuela, tiene una población carcelaria de 650 reclusas, albergadas en un espacio con capacidad para 350 internas, lo que supone una ocupación del 185 %, según
Un informe presentado por la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), destaca que existe una ocupación del 185 % en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), ubicado en Los Teques, estado Miranda, el cual es el mayor recinto carcelario de mujeres de Venezuela, con una población carcelaria de 650 reclusas, albergadas en un espacio con capacidad para 350 internas,
Según el informe “actualmente, en el INOF se encuentra el 28 % de las mujeres privadas de libertad en Venezuela, con un total de 650 mujeres y un hacinamiento crítico», señaló la organización no gubernamental, según la cual hay 2.322 reclusas en el país.
El documento también revela que, luego de la construcción de esta cárcel, en 1962, no se edificaron en el país nuevos recintos para mujeres sentenciadas.
Sino que se ha improvisado con anexos femeninos a cárceles de hombres, «que ni siquiera cumplen con los estándares mínimos de reclusión y tampoco atienden las necesidades particulares» de esta población.
Existen «un total de 16 anexos femeninos que no son más que infraestructuras improvisadas (…) que, por su misma naturaleza, no cuentan con los parámetros necesarios para cumplir con la perspectiva de género», subrayó la organización en una nota de prensa.
La ONG alertó sobre el deterioro de la infraestructura del INOF, donde las internas «son víctimas de violencia, corrupción, maltratos, discriminación, humillaciones e incluso torturas por parte de los funcionarios» que custodian estos sitios.
El documento del OVP revela que 23 niños menores de 3 años viven en celdas junto a sus madres, como establece la normativa interna, pero la cárcel no cuenta con espacios totalmente adecuados para estos infantes.
Según el informe, algunas madres desconocen el paradero de sus hijos, pues fueron retirados del recinto carcelario al cumplir los 3 años de edad, mientras que otras mujeres reciben pocas veces a sus hijos «porque solamente les permiten visitas en ocasiones muy especiales».
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