El socialdemócrata Ekrem Imamoglu, ganador de la repetición de las elecciones a alcalde de Estambul, tiene el potencial para resucitar a la oposición turca, relegada a segundo plano desde la llegada al poder del partido islamista AKP del presidente, Recep Tayyip Erdogan.
Antes de su ajustada victoria en las municipales del pasado 31 de marzo, el nombre de Imamoglu sonaba poco en la política nacional.
Este político, de 49 años y oriundo de la provincia de Trebisonda, en la costa del mar Negro, fue durante cinco años alcalde de Beylikdüzü, un distrito de la periferia occidental de Estambul.
Su estrechísimo triunfo en marzo sobre el ex primer ministro Binali Yildirim, candidato del islamista Partido Justicia y Desarrollo (AKP), y la polémica anulación del resultado de marzo lo ha catapultado a la fama a nivel nacional.
Imamoglu se ha convertido así en una de las caras más conocidas del socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP), el principal de la oposición, reseñó Unión Radio.
Su estilo de campaña, con el simple eslogan «Todo saldrá bien», contrasta con el discurso polarizador de Erdogan, habituado a dividir al electorado entre «ellos y nosotros».
El socialdemócrata no busca responder a los ataques de sus adversarios políticos y prefiere «no prestar atención a Erdogan, pero amar a quienes lo aman», en palabras de sus asesores.
«Ellos quieren conflicto, pero nosotros no queremos peleas en la nación. Si encuentras a un vecino que no piensa como tú, abrázalo», es uno de los consejos del nuevo alcalde Estambul.
Sus mítines atraen afluencias masivas, no solo en Estambul, y muchos votantes lo consideran un líder capaz de enfrentarse a Erdogan y desbancarlo de la presidencia en las elecciones de 2023.
Imamoglu, cuyo apellido significa «hijo del imam», se adhiere a la visión laica de su partido, pero no oculta que proviene de una familia conservadora.