Alemania busca la manera de cometer menos errores en la siguiente etapa de la Eurocopa, luego de llegar a la fase de eliminación directa en el evento.
Pero sus integrantes se muestran optimistas. No sólo piensan en el partido ante Inglaterra, sino en los que vendrán después. “Estoy convencido en que lograremos mejorar en los próximos partidos y en que habrá más. Incluso más allá que el encuentro contra Inglaterra”, dijo el mediocampista Joshua Kimmich, camino al duelo de octavos de final previsto para el martes en el estadio Wembley de Londres.
Pero la selección alemana parece tener demasiadas tareas pendientes para el entrenador Joachim Löw, quien dejará las riendas después de este certamen. Los germanos lograron colarse apenas en los octavos de final el miércoles, debido a que Leon Goretzka obtuvo un gol agónico en el empate 2-2 frente a Hungría. Por un momento, pareció que fallaría la apuesta de Löw al todo o nada para evitar otra eliminación en la fase inicial de un torneo relevante.
Con menos de 10 minutos por disputarse, Löw envió a la cancha a Jamal Musiala, de 18 años y al también delantero Kevin Volland. “Simplemente teníamos que poner el balón en el área y colocar ahí la mayor cantidad posible de gente”, relató Löw. “Con fuerza total, con toda nuestra fuerza, peleamos para avanzar cada metro”.
Musiala, quien cumplió su primera aparición en la Euro, abrió la puerta a la clasificación cuando eludió a tres defensas húngaros en la gestación del gol de Goretzka, cuyo disparo se desvió en otro jugador antes de vencer al arquero Péter Gulácsi a los 84 minutos. Löw elogió la moral de su equipo. Aunque quedó claro que el técnico hubiera estado más contento con menos suspenso en el partido.
FRANCIA-PORTUGAL 2-2
Francia igualó simultáneamente 2-2 con Portugal, lo que obligaba a los alemanes a conseguir al menos un punto. “Fue uno de los partidos más difíciles”, reconoció Löw, quien conquistó el Mundial de 2014 pero quedó eliminado en la fase de grupos en 2018. “Esperábamos que el duelo fuera así”.
AJS vía AP
Foto: Leon Goretzka, de la selección alemana, abraza al técnico Joachim Löw tras el empate 2-2 en el partido ante Hungría