Colombia inició la transición hacia su primer gobierno de izquierda en cabeza del senador y exrebelde Gustavo Petro, quien recibió el lunes la credencial de presidente electo para el periodo 2022-2026, y acto seguido se reunió por primera vez con el mandatario saliente Iván Duque.
Petro tomará posesión el 7 de agosto con su vicepresidenta electa Francia Márquez, la primera afrodescendiente en ocupar ese cargo.
El CNE declaró el lunes la elección luego de la finalización del escrutinio en el que Petro ganó con 11,2 millones de votos en el balotaje del 19 de junio. Mientras que su contendor Rodolfo Hernández, un magnate de bienes raíces, obtuvo 10,6 millones de sufragios.
Petro, quien en su juventud militó en la extinta guerrilla M-19 que entregó las armas en 1991, atribuyó su triunfo a la votación de la población marginada del país, a los barrios populares, a los campesinos y en especial a los jóvenes. Según Petro, durante el balotaje disminuyó la abstención que suele caracterizarlos.
«Este gobierno se debe fundamentalmente a que haya aparecido esa primera juventud que no se quiso dejar arrebatar el país, que tiene que ver quizás con aquella movilización social de hace más de un año», dijo luego de recibir su credencial.
Colombia enfrentó en 2021 manifestaciones multitudinarias, lideradas por jóvenes, en contra de las políticas de gobierno del presidente conservador Iván Duque. Se trató de una impopular reforma fiscal que, aunque fue retirada, fue la chispa que avivó dos meses de protestas sostenidas contra la desigualdad, el desempleo y la violencia. Según Naciones Unidas, más de 40 personas perdieron la vida en las manifestaciones.
La victoria de Petro, opositor a Duque, marca un giro en Colombia, un país tradicionalmente gobernado por conservadores y moderados y en consecuencia ha causado incertidumbre entre algunos sectores de la población.
La víspera, Duque se refirió en un acto público al tema sin nombrar directamente a Petro: «Lo que más espanta la inversión extranjera directa es la incertidumbre y la incertidumbre la genera la inestabilidad jurídica».
Las propuestas de Petro incluyen múltiples reformas al sistema de pensiones, el agro, la justicia y una reforma fiscal para financiar ambiciosos programas sociales de educación superior gratuita y subsidios para los más vulnerables.
Sin embargo, las propuestas más polémicas versan sobre frenar nuevas exploraciones y explotaciones de petróleo, una fuente importante para las finanzas estatales. Tras su victoria, las acciones de la estatal petrolera Ecopetrol empezaron a caer.
Consciente de la resistencia que genera su figura, Petro prometió gobernar también para el 47% de los electores que no votaron por él y apoyaron a su contendor Rodolfo Hernández, un magnate de bienes raíces que aunque también estaba en contra del establecimiento, no proponía cambios drásticos en la economía.
Con la idea de lograr un «acuerdo nacional», Petro busca consensos sobre las reformas que requiere el Estado en materia política, social y económica, aunque no ha detallado cómo se llevará a cabo.
El presidente electo aseguró al recibir la credencial que invitó a sus opositores, incluyendo a Hernández y a su más férreo opositor, el expresidente Álvaro Uribe, quien gobernó entre 2002 y 2010 y continúa vigente en la política del país; es el padrino político de Duque y lidera el partido de línea conservadora Centro Democrático.
Sin embargo, aseguró que se tratará de un diálogo amplio con todos los sectores de la población, incluyendo los empresarios y las élites, a quienes subiría impuestos, según dijo en campaña.
La transición entre Petro y Duque se da entre dos opositores políticos que en 2018 se enfrentaron en las elecciones. Tras terminar la reunión no hubo declaraciones conjuntas ni referencia a los temas que trataron. Duque indicó en Twitter que el empalme sería «de manera armónica, institucional y transparente».
Durante cuatro años, Petro fue crítico desde el Senado, cuestionando no solo las políticas de Duque, también a la cúpula militar y a la policía por presunto abuso de la fuerza durante las manifestaciones.
Texto y fotos: AP