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Autoridades estadounidenses han repudiando este 24 de octubre lo que califican como “actos de terror”, en referencia a los objetos explosivos dirigidos a la excandidata presidencial Hillary Clinton y el expresidente Barack Obama, además del multimillonario George Soros.
También este miércoles, cuando CNN emitía la noticia sobre la intercepción de esos dispositivos, sonaron las alarmas de evacuación en sus propias instalaciones en Nueva York, por la amenaza de un paquete ‘sospechoso’.
Hasta este momento, ni Clinton ni Obama han emitido declaraciones, y aunque la policía de NY ha identificado los objetos detectados entre martes y miércoles, como “bombas caseras”, el Servicio Secreto, la agencia federal encargada de la seguridad de dignatarios y exdignatarios estadounidenses, señaló que inició una investigación, no solo para precisar de qué se tratan, sino averiguar su origen e identificar a los responsables.
Quien sí habló fue el presidente Donald Trump, quien en vez de usar palabras usuales en estos contextos como terrorismo, extremistas, islam o similares, llamó a los estadounidenses a mantenerse unidos para enviar un mensaje contra la violencia política; de hecho, enfatizó que tanto Republicanos como Demócratas “están muy molestos” por lo ocurrido.
La situación que se presenta ocurre a poco del 6 de noviembre, día de unas elecciones legislativas en EEUU que son decisivas para el inmediato futuro político de ese país. Todos los que resultarían afectados por los objetos sospechosos, están vinculados con el partido demócrata, que si ganan el control de la Cámara de Representantes, como así apuntan las encuestas, tendrían la capacidad de bloquear la agenda legislativa de Trump.
Son, que se conozcan hasta ahora, cinco las personas a quienes se les han enviado estos paquetes, todas fervientes opositoras a Donald Trump.