La Covid-19 ha ocasionado la muerte de al menos 1,7 millones de personas en todo el mundo y los focos de contagios que siguen surgiendo recuerdan que, pese a la llegada de las primeras vacunas, la vida no volverá tan rápido a la normalidad.
Australia, que este año fue citada varias veces como ejemplo de buena gestión sanitaria, se enfrenta actualmente a un repunte de casos en el norte de Sídney, una ciudad cuyos habitantes solo podrán invitar a sus a casas a diez adultos para las fiestas. Y solo a cinco, si viven en «el epicentro» del foco de contagios.
Jimmy Arslan, que posee dos cafés en los barrios más afectados, tuvo una caída del 75% de su volumen de negocio. Y no podrá contar con la presencia de su familia, pues esta vive en Camberra y no puede desplazarse por Navidad.
«Es desgarrador», confiesa. «Es un triste final para un triste año», añade.
«Deberíamos recibir a 2021 y patear en el trasero a 2020», bromea este hombre de 46 años.
«Destruir el corona»
La mayor parte de Europa, por su parte, se enfrente a uno de los inviernos más tristes, con un resurgimiento epidémico en varios países.
Alemania tuvo que anular sus famosos mercados de Navidad y el papa Francisco decidió adelantar dos horas la misa de medianoche en el Vaticano, para cumplir con las restricciones en Italia.SYGA
Con información de Panorama
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