Omar Estacio Z.
Lo entiendo. Por muy impúdico, por muy cara ’e tabla, por muy sinvergüenza que sea –lo es, in extremis– el asunto debe tenerlo incómodo. Percibirse, a sí mismo y por los demás, como un apestoso, moral, mental, sentimental. Chávez no fue peor ni menos malo. Igual, engordó como un chacho, violó DD HH, robó con furor de Mesalina. Pero eran épocas de vacas gordas. Por mucho que raspó la olla, siempre quedaba un repele para las compras de complicidades internacionales.
Impresentable, baboso, medio imbécil. O imbécil y medio ¿Además, sin dólares para regalar, como su predecesor, porque después de cada guiso su cleptomanía, no deja para más nada? He aquí la madre de aislamiento del Presidente Paria.
En lo de incorporar -formalmente, porque de facto ya lo estaba – al embajador de Cuba al Consejo de Ministros, se advierte, en primera instancia, el desplante más rastrero. “Hacenos lo que nos sale del forro po’ que pa’ eso semos gobielno”. He allí la nuez del asunto. Transmitirnos a los venezolanos la sensación que estamos desahuciados, perdidos, que no nos queda más que resignarnos al compás de tamaña ruindad. Pero ni una cosa, ni otra. Comencemos por usted, Presidente Paria: Si los demócratas venezolanos estuviésemos tan derrotados, usted, personalmente, no estaría envuelto en la espiral de abyección para intentar desalentarnos.
60 jefes de Estado reconocen a Guaidó, como Presidente (e). Más de 400 eurodiputados le otorgan voto de confianza, a lo que se suma su derecho a representar al país en el reciente Foro Mundial, de Davos, sobre Economía. En el envés de lo anterior, se encuentra el aislamiento, la condición paria, pestilente, de quien usurpa el cargo de jefe de Estado.
Erich From, nos hablaba de la soledad moral. Sobre la soledad inmoral reflexionamos nosotros. La incorporación de un castrocubano al Consejo de Ministros, además de lo antes expuesto, revela que, a la soledad fromdiana, el Presidente Paria agrega la soledad inmoral que acota este cronista. Ya no le producen hartazgo, los desafectos hacia Venezuela de sus compinches tradicionales. Ya no le dan calor suficiente. Para conservarse en la inmoralidad, como lo que se conserva en formol, ha menester, respiración boca a boca, que le proveerá el nuevo integrante del Gabinete.
¿Cómo reaccionarán, en esas circunstancias los narcoterroristas de las FARC, del ELN, los altopanas del Hezbolá, Al Qaeda, Isis, del Estado Islámico, chinos, rusos y cuanto bicho de uña llega del extranjero a devengar botines de la corrupción, del narco, de la depredación de nuestro medio ambiente?
Como malquerer Venezuela, otorga privilegios burocráticos, la gentuza antes enumerada, también, va a exigir plazas en el Consejo de Ministros. Voz y voto. A saqueo igual, intromisión igual. “¿Qué esquilman, los castrocubanos, que no esquilmemos nosotros?”
¡Orden en la orgía, Presidente Paria!