Nuevamente, fue solicitado el desalojo de las instalaciones en donde funciona la Fundación geriátrico Mis años de vida que atiende a 36 adultos mayores, en la urbanización Gil Fortoul, de Barquisimeto. Muchos de ellos con limitaciones motoras, demencia senil.
Para los efectos, la coordinadora regional del Instituto Nacional de Seguridad Social (INASS), Isaura Pérez, dio plazo de un mes, a partir del 19-E para desocupar el espacio, expresó Maritza Peña, presidenta de la Fundación Geriátrico.
“Tengo claro que la infraestructura es propiedad del Estado, sólo que no es facil conseguir una casa en alquiler que reúna las condiciones necesarias para albergar a personas en esas condiciones físicas y de salud”, añadió.
Acotó que aunque la funcionara fue “decente, respetuosa, no hubo atropello” le preocupa que el lapso para desocupar sea tan corto.
Pérez acudió a la fundación geriátrico para vacunar a los abuelos contra la covid-19 e inspeccionar el lugar. «Y fue cuando le dijo que habían muchos abuelos en el sitio».
Peña explica a veces desde el hospital central les han pedido apoyo para llevar a personas que no tienen familia. También han llegado personas en situación de calle a pedir comida. A veces amanecen en la puerta y se quedan. A algunos les aparecen familiares… a los pocos meses y a otros no».
Mencionó que la funcionaria del INASS advirtió también que los abuelos no pueden estar juntos con alguno que padezca trastorno bipolar, porque existe el riesgo de abuso.
Sin embargo, Peña asgura que no existen ningún peligro, porque a la persona se le hace un seguimiento para determinar el riesgo, dijo.
“Aquí al adulto mayor se le trata con respeto, amor y dedicación, quienes tienen tratamiento medico para dormir solo se se administra en las noche. No se enpastillan. El amor sana”, manifestó.
Sin fines de lucro
Peña explicó que hay adultos mayores que no tienen quien los cuide en sus casas y sus familiares los llevaron a la fundación y los visitan. Para ello, aportan una colaboración de 30 dólares mensuales para poder subsistir.
De ese dinero, 10 dólares se reservan para comprar alimentos y el resto para pago de nómina. En la fundación laboran 14 empleados, entre cocineros, cuidadores, aseadores y el jardinero, enumeró.
“No todos lo abuelos pagan, pero todos comen Además, en la fundación van a comer 10 adultos mayores de la comunidad. Gracias a Dios y a la donaciones que se reciben”, manifestó.
En la fundación también instituciones educativas como la UCLA, Unefa así como algunos colegios privados cumplen servicio social, refirió.
Rememoró que en esa instalaciones funcionaba un comedor popular, pero que no algún momento dejó de funcionar y es entonces cuando fueron reubicado por Fundasel, luego que la casa que ocupaban en la calle31 con carrera 24, centro de Barquisimeto se cayó.
Al parecer, una fundación conjuntamente con la comuna, quieren esos espacios, comentó.
Familiares
Yasmira Colmenárez y Margarita Hernández, familiares de algunos abuelos manifestaron preocupación ante la medida anunciada por el INASS, pues sus familiares “colaboramos con lo que podemos, y están bien atendidos. Estamos agradecidas con la señora Maritza».
En la fundación atienden a personas en situación de calle, sin familia como también a otras que tienen familiares pero que no pueden atenderlos en sus casas. Es complicado hoy día, porque la gente tiene que salir a trabajar para poder comer, la situación país no está fácil”, añadieron.