Entre ovaciones del público chileno, Mon Laferte inició su show al ritmo de “Tormento”, y antes de llegar a la tercera canción de la noche, los presentes ya gritaban “¡Gaviota, Gaviota!”.
La ganadora de dos Latin Grammy, de 36 años y con seis discos en el mercado que combinan pop y rock con otros estilos como el bolero, la cumbia y el ska, recibió dos Gaviotas, una de plata y otra de oro, y “el monstruo”, como es apodado el público del festival, se quedó con las ganas de ver a la chilena alzar una estatuilla de platino.
“Como símbolo de que Chile está en un momento muy especial, difícil, a modo significativo yo voy a entregar mi gaviota. Yo no quería venir a celebrar un festival. Se la voy a dar a alguien que necesite (…) El cariño ya me lo llevo. Esto no es una ofensa, para nada”, afirmó uno de los rostros más críticos con el Gobierno de Sebastián Piñera.
Mon ofreció un largo discurso, después de que el pasado fin de semana Carabineros pidieran que se la cite a declarar por decir en 2019 que la policía y los militares provocaron incendios durante las manifestaciones que desde octubre claman contra la desigualdad social.
“Al principio pensé que era una broma. Después me di cuenta que no. Desde ese entonces hasta hoy yo estaba con mucho miedo. ¿Puede ser un delito expresar una opinión?”, confesó ante todos los presentes.
La chilena admitió que su familia, amigos y equipo de trabajo le insistieron con que no fuera al festival, al considerar que no debía celebrarse une evento así en este momento, pero reconoció que se acabó sintiendo “súper valiente” y decidió actuar y preparar un discurso.
“Es tan difícil quedarse callado cuando uno lo vivió en carne propia… No todo el mundo sabe lo que es cagarse de hambre de verdad”, afirmó, para contar que por sus circunstancias familiares debió ponerse a trabajar desde muy joven. “Lo que quería decir en realidad es que yo lo único que sé hacer es cantar”, remarcó.
“¡Si me tienen que llevar presa por decir lo que pienso, llévenme presa!”
Fue el grito que se escuchó casi al final del concierto, que acabó con parte del público insistiendo con la entrega de una Gaviota de Platino que nunca llegó.
Douleydis Romero