Si la vacuna original no puede identificar la proteína de pico mutada, las farmacéuticas tendrían que modificar ese código genético por otro que se ajuste más si los reguladores deciden que es necesario.
Los virus mutan constantemente al propagarse, y la mayoría de esos cambios no son significativos. Las vacunas de primera generación parecen estar funcionando contra las variantes del coronavirus conocidas hoy en día, pero las farmacéuticas ya están tomando pasos para actualizar sus recetas si las autoridades de salud deciden que es necesario.
Las vacunas desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna están elaboradas con una nueva tecnología que es fácil de actualizar. Las llamadas vacunas de ARN mensajero (ARNm) utilizan un fragmento del código genético de la proteína de pico que recubre el coronavirus para que el sistema inmunológico pueda aprender a reconocer y combatir el real en caso de contagio.
Actualizar otras vacunas podría ser más complejo. La de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, por ejemplo, emplea una variante inofensiva de un virus de la gripe para trasladar el gen de esa proteína de pico al cuerpo humano. Una revisión requeriría crear otro virus con el gen actualizado.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos dijo que los estudios de las vacunas actualizadas no tendrán que ser tan grandes como los de la primera generación. En su lugar, unos cientos de voluntarios podrían recibir dosis experimentales de la nueva y someterse a un análisis de sangre para determinar si actualizó su sistema inmunológico, como ocurre con las primeras.
Las autoridades sanitarias de todo el mundo monitorearán las mutaciones del coronavirus para detectar alteraciones resistentes a las vacunas. Además, tendrán que decidir si una vacuna modificada debería proteger más contra una variante determinada./SYGA
Con información y foto de AP