Para Rusia, ha sido un año de ataques y bombardeos audaces, retiradas humillantes y asedios demoledores. Ucrania ha respondido con una resistencia feroz, contraofensivas sorprendentes y ataques inesperados de golpe y fuga.
Ahora, en el aniversario de la invasión rusa que ha matado a decenas de miles y reducido ciudades a ruinas, ambas partes se preparan para una fase potencialmente más desastrosa por delante.
Rusia intensificó recientemente su esfuerzo para capturar la totalidad del corazón industrial de Donbás, en el este de Ucrania. Kiev y sus aliados occidentales también dicen que Moscú podría intentar lanzar un ataque más amplio y ambicioso en otros sitios a lo largo de la línea del frente de más de 1.000 kilómetros (600 millas).
Ucrania espera tanques de batalla y otras armas nuevas prometidas por Occidente para recuperar las áreas ocupadas.
Lo que no está a la vista es un acuerdo.
El Kremlin insiste en que debe incluir el reconocimiento de la Península de Crimea, que anexó ilegalmente en 2014, junto con la aceptación de sus otras conquistas territoriales. Ucrania rechaza categóricamente esas demandas y descarta cualquier conversación hasta que Rusia retire todas sus fuerzas.
Mientras Putin está decidido a lograr sus objetivos, Ucrania y sus aliados se mantienen firmes para evitar que Rusia se quede con cualquier territorio ucraniano.
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