Estados Unidos pidió el viernes sanciones más duras de la ONU después de que Corea del Norte anunció que probó su mayor misil balístico intercontinental a la fecha, y su líder Kim Jong Un prometió que ampliará el “elemento disuasorio» de su país con el fin de evitar una guerra nuclear mientras se prepara para una “confrontación larga” con Washington.
La prensa estatal norcoreana informó sobre la primera prueba de largo alcance efectuada por Pyongyang desde 2017, y Corea del Sur y Japón dijeron haberla detectado. El lanzamiento del jueves amplió una serie de demostraciones armamentistas llevadas a cabo este año que, según analistas, tienen como propósito obligar a Estados Unidos a que acepte la idea de que Corea del Norte es una potencia nuclear y le retire las fuertes sanciones a su deteriorada economía.
En una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el viernes, la embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield dijo que Washington propondrá una resolución “para actualizar y fortalecer” las sanciones del Consejo. No especificó cuáles podrían ser esas nuevas medidas.
“Está claro que permanecer en silencio, con la esperanza de que la RPDC también mostrara moderación, es una estrategia fallida”, declaró. La RPDC son las siglas de la República Popular Democrática de Corea, el nombre oficial del país.
Originalmente, el Consejo impuso sanciones después de la primera prueba nuclear de Pyongyang en 2006 y las endureció con el paso de los años. Pero a fines del año pasado, China y Rusia —ambas con poder de veto— pidieron el retiro de varias sanciones a su vecino.
La embajadora adjunta rusa Anna Evstigneeva dijo el viernes que más sanciones sólo perjudicarán al pueblo norcoreano, mientras que el embajador chino Zhang Jung pidió al Consejo “que considere cómo darle cabida a las preocupaciones justificadas de la RPDC por su seguridad”.
Insinuó que Estados Unidos no hizo lo suficiente para responder a la pausa que Corea del Norte se autoimpuso para sus pruebas nucleares y de misiles de largo alcance en 2018.
“Es correcto y adecuado que la parte estadounidense muestre su buena voluntad… y trabaje más duro para estabilizar la situación, construir la confianza mutua y relanzar el diálogo”, declaró Zhang. “¿Van a presentar acciones concretas que realmente puedan resolver problemas, o van a continuar utilizando a la península (coreana) como una pieza de negociación en su estrategia geopolítica?”
Corea del Norte no hizo uso de la palabra durante la reunión del Consejo. Un mensaje para solicitarle su opinión fue canalizado a su embajada en la ONU.
Por su parte, Estados Unidos impuso nuevas sanciones por su cuenta a cinco entidades e individuos en Rusia y Corea del Norte por la transferencia de artículos delicados al programa de misiles norcoreano, dijo Ned Price, portavoz del Departamento de Estado.
La televisión estatal norcoreana dramatizó el proceso de prueba del misil como si fuera una película de Hollywood: mostró a Kim caminando en cámara lenta frente a un cohete gigantesco, con gafas negras y una chaqueta negra de cuero de motociclista. Tras una serie de cortes rápidos de Kim y los oficiales militares mirando sus relojes, el gobernante norcoreano se quita las gafas y asiente con la cabeza. En ese momento el misil es sacado del hangar.
El Hwasong-17 fue disparado a un ángulo elevado para evitar las aguas territoriales de los vecinos. Alcanzó una altitud máxima de 6.248 kilómetros (3.880 millas) y se desplazó 1.090 kilómetros (680 millas) durante un vuelo de 67 minutos antes de caer en aguas entre Corea del Norte y Japón, dijo la Agencia Central de Noticias de Corea, que pertenece a Pyongyang. AP