El café, un producto que une a diferentes partes del mundo en torno a su aroma y sabor, se encuentra ahora en una encrucijada que determinará el futuro de miles de pequeños productores. El reciente Reglamento Europeo sobre Deforestación (EUDR por sus siglas en inglés) está sacudiendo los cimientos del comercio global de café, y su influencia se hace sentir especialmente aquellas naciones cuyo cultivo está en manos de pequeños productores.
En Vietnam, la historia de Le Van Tam refleja la evolución que muchos agricultores están experimentando. Inicialmente centrado en la cantidad y no en la calidad, Tam se asoció con Aeroco Coffee en 2019, adoptando prácticas más sostenibles que ahora lo colocan en una posición ventajosa ante las nuevas regulaciones europeas. Este cambio no solo ha mejorado la calidad de su producto, sino que también ha abierto nuevas oportunidades de mercado.
Brasil, el mayor productor de café del mundo, parece estar en una posición relativamente favorable gracias a sus plantaciones alejadas de los bosques y una cadena de suministro más organizada. Aun así, el EUDR plantea desafíos incluso para Brasil, ya que se espera que cumpla con estándares rigurosos de sostenibilidad.
En contraste, Perú enfrenta dificultades significativas debido a sus débiles instituciones y la falta de títulos de propiedad de la tierra para la mayoría de sus agricultores. Recopilar información precisa sobre cientos de miles de pequeños agricultores se convierte en una tarea monumental, lo que plantea interrogantes sobre cómo el país cumplirá con las exigencias del EUDR.
Mientras tanto, en Etiopía, la tardía reacción a las regulaciones europeas ha generado incertidumbre y preocupación. A pesar de la importancia del café para su economía, el país aún no ha resuelto la cuestión fundamental de recopilar los datos necesarios de sus agricultores para demostrar su cumplimiento con el EUDR. Esta falta de preparación está llevando a una disminución en los pedidos y la posibilidad de que los comerciantes busquen otros mercados.
El impacto del EUDR no se limita solo a la economía de estos países, sino que también tiene repercusiones ambientales significativas. La regulación busca frenar la deforestación, reconocida como una de las principales fuentes de emisiones de carbono a nivel global. Si se implementa correctamente, el EUDR podría marcar un hito en la lucha contra la deforestación y promover prácticas agrícolas más sostenibles en todo el mundo.
Sin embargo, queda por ver cómo se adaptarán los países y las empresas a estas nuevas normativas. Para los pequeños agricultores, el desafío reside en recopilar la información necesaria y garantizar que sus productos cumplan con los estándares exigidos. Mientras tanto, los gobiernos y las organizaciones internacionales tienen un papel crucial que desempeñar en la creación de sistemas que apoyen a estos agricultores y aseguren una transición justa hacia prácticas más sostenibles.
En última instancia, el café, más que una simple bebida, se convierte en un símbolo de los desafíos y las oportunidades que enfrenta el comercio agrícola global en un mundo cada vez más consciente de su impacto ambiental y social.
Fuente: Reportaje de ANIRUDDHA GHOSAL, quien cubre la intersección de las empresas y el cambio climático en el sudeste asiático para The Associated Press. Tiene su sede en Hanoi, Vietnam.