Luego de conocerse que hay una veintena de policías fallecidos y otros 1.300 contagiados con la COVID-19, el Ministerio del Interior se convierte en la segunda cartera del Gobierno de Perú que cambia de manos, después de la Salud, en el momento más delicado de la crisis por la pandemia.
El oficial de la Policía Nacional del Perú (PNP) Gastón Rodríguez juró este viernes por la tarde el cargo ante el presidente de Perú, Martín Vizcarra, y sucedió así en la cartera de Interior al general en retiro de la Policía Carlos Morán, que había asumido el ministerio en octubre de 2018.
Morán renunció horas antes al cargo «por razones de índole personal», según afirmó el primer ministro, Vicente Zeballos, en declaraciones al Canal N.
Zeballos negó que la salida de Morán tenga relación con un escándalo de corrupción dentro de la Policía descubierto por una investigación periodística que saldría a la luz el domingo.
«Son dos temas diferentes, pero si hay funcionarios en condición de oficiales que estuviesen inmiscuidos en graves actos de corrupción, como Gobierno seremos implacables, cualesquiera que sea el cargo», apostilló.
El cambio de ministro de Interior se produce un día después de que Morán admitió que no menos de 1.300 policías habían contraído el virus SARS-CoV-2 durante sus labores en las calles del país para garantizar el cumplimiento de la cuarentena obligatoria decretada desde el 16 de marzo.
En la última semana, la Policía de Perú hizo unas 24.000 pruebas rápidas entre sus miembros, pero algunos agentes tuvieron que hacer largas horas de fila en el Hospital de la Policía para conseguir que les tomaran las muestras, según denunciaron varios medios locales.
Precisamente el Hospital de la Policía fue otro de los asuntos polémicos ya que actualmente se encuentra al límite de su capacidad, según admitió esta semana el director general de la Policía, José Luis Lavalle.
Durante esta emergencia también salieron a la luz presuntos casos de corrupción con compras públicas de la Policía, como una supuesta adquisición simulada de 700.000 mascarillas por valor de 8,25 millones de soles (2,42 millones de dólares) a una empresa que no estaba especializada en el sector de salud, según medios locales.
Foto: vía Clarín