Ariel Henry renunció el jueves como primer ministro de Haití, dejando el camino libre para que se forme un nuevo gobierno en el país caribeño, asolado por la violencia de las pandillas que ha matado o lesionado a más de 2.500 personas entre enero y marzo.
Henry presentó su renuncia en una carta firmada en Los Ángeles, fechada el 24 de abril, y publicada el jueves por su oficina, el mismo día en que un consejo encargado de elegir un nuevo primer ministro y gabinete para Haití debía tomar juramento.
Mientras tanto, el gabinete restante de Henri eligió al ministro de Economía y Finanzas, Michel Patrick Boisvert, como primer ministro interino. Por el momento, no se sabe si el consejo de transición elegirá a su propio primer ministro interino.
Hablando en una sala atestada y húmeda en la oficina del primer ministro, Boisvert dijo que la crisis de Haití ya ha durado demasiado y que el país se encuentra ahora en una encrucijada. Los miembros del consejo de transición permanecieron de pie detrás de él, así como los oficiales de policía y del ejército de mayor rango.
“Después de dos largos meses de debate… se ha encontrado una solución”, dijo Boisvert. “Hoy es un día importante en la vida de nuestra querida República”.
Calificó al consejo de transición como una “solución haitiana” y, dirigiéndose a sus miembros, Boisvert les deseo éxito y añadió que “pienso que la determinación está ahí”.
Tras los discursos, el suave sonido del cristal hizo eco en la sala, mientras los asistentes alzaban sus copas de champaña, brindando con un sombrío “Por Haití”.
El consejo se instaló más de un mes después de que los líderes caribeños anunciaran su creación luego de una reunión de emergencia para abordar la creciente crisis de Haití. Henry había prometido dimitir una vez que se instalara el consejo.
Se espera que el consejo, compuesto por nueve miembros, siete de los cuales tienen derecho a votar, contribuya a establecer el programa para un nuevo gabinete. También nombrará a una comisión electoral provisional, un requisito previo a la realización de elecciones, y establecerá un consejo nacional de seguridad.
El mandato no renovable del consejo expira el 7 de febrero de 2026, fecha en la que está previsto que tome juramento un nuevo presidente.
Smith Augustin, miembro votante del consejo, dijo que no se sabe si éste decidirá mantener a Boisvert como primer ministro interino, o si elegirá a otra persona. Indicó que esto se discutirá en los próximos días. “La crisis es insostenible”, afirmó.
Regine Abraham, miembro no votante del consejo, recordó el asesinato del presidente Jovenel Moïse, cometido en julio de 2021, y explicó que “esa violencia tuvo un impacto devastador”.
Abraham dijo que las pandillas ahora controlan la mayor parte de Puerto Príncipe, decenas de miles de haitianos han sido desplazados por la violencia, y más de 900 escuelas de la capital han sido obligadas a cerrar.
“Literalmente, la población de Puerto Príncipe ha sido tomada como rehén”, dijo.
Las pandillas lanzaron ataques coordinados a partir del 29 de febrero en Puerto Príncipe, la capital del país, y áreas circundantes, quemaron estaciones de policía y hospitales, abrieron fuego contra el principal aeropuerto internacional, que permanece cerrado desde marzo, y tomaron por asalto las dos mayores prisiones de Haití, liberando a más de 4.000 presos. Las pandillas también han obstaculizado el paso al puerto más grande del país.
La arremetida comenzó cuando Henri se encontraba en Kenia, en una visita oficial para pedir el despliegue de una fuerza policial de ese país del este de África respaldada por la ONU. Actualmente, Henri tiene prohibido volver a Haití.
“Actualmente, Puerto Príncipe está casi completamente aislada debido a los bloqueos por aire, mar y tierra”, señaló Catherine Russell, directora de la UNICEF, a principios de esta semana.
La comunidad internacional ha instado al consejo a dar prioridad a la inseguridad generalizada en Haití. Aun antes del inicio de los ataques, las pandillas ya controlaban 80% de Puerto Príncipe. La cantidad de personas asesinadas a principios de 2024 aumentó más de 50% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según un informe reciente de la ONU.
“Es imposible sobrestimar el aumento en la actividad de las pandillas en todo Puerto Príncipe y más allá, el deterioro de la situación de los derechos humanos y la profundización de la crisis humanitaria”, dijo el lunes María Isabel Salvador, enviada especial de la ONU para Haití, en una reunión del Consejo de Seguridad del organismo.
Cerca de 100.000 personas han huido de la capital buscando ciudades y poblados más seguros desde el inicio de los ataques. Decenas de miles más quedaron sin hogar después de que las pandillas incendiaron sus casas, y ahora viven en refugios improvisados y sobrepoblados en todo Puerto Príncipe, en los cuales sólo hay uno o dos retretes para cientos de residentes.
“Aunque estoy aquí físicamente, siento como si hubiera muerto”, dijo Rachel Pierre, de 39 años y madre de cuatro niños.
“No hay comida ni agua. A veces, no tengo nada para darles a los niños”, dijo mientras su bebé, de 14 meses, se alimentaba de su raquítico pecho.
Muchos haitianos se sienten furiosos y agotados por aquello en lo que se ha convertido su vida, y culpan a las pandillas de su situación.
“Ellos fueron quienes nos enviaron aquí”, dijo Chesnel Joseph, profesor de matemáticas de 46 años cuya escuela cerró debido a la violencia, y que se ha convertido en el director informal del refugio. “Ellos nos maltratan. Nos matan. Queman nuestras casas”.
AP