La fotografía tiene el poder de transmitir emociones y contar historias poderosas. En una sesión fotográfica única, el fotógrafo Arnoldo Porta fue invitado a inmortalizar la historia de Leonor Cortez, una valiente modelo que deseaba retratar una condición que ha sido parte fundamental de su vida: el vitiligo. Aunque actualmente está recibiendo tratamiento para minimizar esta enfermedad, Leonor comprende que su existencia está intrínsecamente ligada a esta experiencia.
La responsabilidad de documentar este momento fue enorme, aseguró @arnoldo.porta, pero la convicción y el compromiso de @leonorelisac con su propósito hicieron que el proceso fuera sencillo. Entre otras decisiones creativas, optó por utilizar película en blanco y negro, buscando el contraste y la organicidad de la idea. No había límites creativos, estaban en un espacio donde la idea podía florecer sin la presión de un deadline.
Agregó el profesional de la fotografía que “el mundo moderno, rara vez nos brindamos el lujo de tomarnos el tiempo para acariciar una idea y permitirle crecer. Esta sesión fue una de esas ocasiones especiales en las que pudimos presenciar cómo una persona se desnuda emocionalmente y se despoja de su ego para mostrar al mundo su lado más íntimo”.
Explica que estas fotos no se tratan solo del vitiligo; son un testimonio de la fuerza con la que enfrentamos obstáculos para superarlos, una celebración de la vida misma y un reconocimiento de las adversidades que, en el mejor de los casos, podemos convertir en beneficios propios.