La tormenta tropical Helene se transformó en huracán este miércoles tras intensificarse rápidamente en el mar Caribe y avanzar por la costa mexicana en dirección a Estados Unidos. Este fenómeno ha provocado evacuaciones, cierres de escuelas y la declaración de estado de emergencia en Florida y Georgia por parte de las autoridades locales.
Según el Centro Nacional de Huracanes, el centro de la tormenta se encontraba cerca de la península de Yucatán en México y se esperaba que continuara intensificándose al cruzar el Golfo de México. Se anticipan fuertes lluvias en el sureste de Estados Unidos, con una marejada ciclónica potencialmente mortal a lo largo de la costa de Florida.
Las alertas de huracán se han emitido para varias áreas rurales hasta 55 kilómetros (90 millas) al norte de la línea entre Georgia y Florida, mientras que se prevén lluvias incluso en estados tan alejados de la costa como Tennessee, Kentucky e Indiana. Brian McNoldy, investigador ambiental de la Universidad de Miami, advirtió que “tendrán fuertes lluvias tierra adentro provocadas por el huracán, y las tormentas tardarán algo de tiempo en disminuir una vez que estén en la zona”.
Los meteorólogos también han alertado sobre la posibilidad de tornados en el oeste de Florida y el sur de Alabama, con un riesgo que se incrementará el jueves, afectando a toda Florida y extendiéndose hacia Georgia y Carolina del Sur.
Con respecto a la magnitud de la tormenta, se pronostica que Helene podría alcanzar la categoría 3 o superior el jueves, con vientos superiores a 177 km/h (110 millas por hora) al llegar a la costa de Florida. En este contexto, Will Marx, un jubilado de 64 años, se prepara para la llegada del huracán desde su casa rodante en Crawfordville, Florida. “Creo que mañana lo sabremos”, comentó mientras se abastecía de agua y observaba a sus vecinos retirar botes y vehículos recreativos de la ruta proyectada de la tormenta.