Para la doctora Ivonne Rengel, el síndrome antifosfolípido obstétrico es la causa más común de pérdida fetal recurrente, pero puede ser tratado farmacológicamente, es decir, mediante la ingesta de medicamentos.
La doctora Rengel formuló tal apreciación durante su disertación sobre el tema denominado “Síndrome antifosfolípido”, durante el recién concluido VIII Congreso Pineda, efectuado en esta ciudad.
Explicó la profesional de la medicina que el síndrome antifosfolípido es un trastorno autoinmune caracterizado por la presencia de anticuerpos, todo lo cual conlleva a la formación de trombos arteriales y/o venosos, o a las patologías del embarazo que incluyen pérdidas fetales recurrentes; a muertes fetales, es decir, en el vientre de la madre, o a partos prematuros por preeclampsia, o por eclampsia, sea ésta común o severa.
Destacó luego que, por fortuna, el tratamiento convencional que en la actualidad se aplica médicamente ha resultado en una tasa de éxito estimada en entre un 70 y un 80 porciento.
De seguidas, apuntó:
-Parte de ese éxito radica en la formación de equipos multidisciplinarios que incluyen reumatólogos, perinatólogos y obstetras, los que, desde la consulta preconcepcional, evalúan los riesgos individuales según los antecedentes de las pacientes, tales como trombosis previas, pérdidas fetales previas, perfil de laboratorio de alto riesgo, presencia de otras enfermedades autoinmunes, entre otros.
Apuntó igualmente que cada escenario clínico particular se evalúa debidamente para definir la mejor estrategia terapéutica en cada caso, la cual puede variar desde aspirina en baja dosis hasta heparina de bajo peso molecular, ya sea en dosis profilácticas o en dosis de anticoagulación, todo ello siempre bajo la vigilancia cercana del reumatólogo y del ginecólogo en cada etapa del embarazo.
Ampliando sus conceptos, la especialista refirió que, clásicamente, el tratamiento para el síndrome antifosfolípido se ha enfocado, o en todo caso, ha sido dirigido, a regular el sistema de coagulación para evitar la formaición de trombos.
-Ahora bien –explicó-, recientemente, se ha analizado el uso de medicamentos inmunomoduladores, como, por ejemplo, Rituaximab, Eculizumab y, particularmente, Hidrocixcloroquina, con alentadores resultados.
-Particularmente, la combinación de terapia antitrombótica o anticoagulante, junto con este último medicamento, ha demostrado que es capaz de mejorar las posibilidades de éxito hasta en un 80 porciento, al menos en los casos de síndrome antifosfolípido refractario al tratamiento convencional.
-Pero es importante recordar –aseveró por último- que el riesgo de trombosis o de complicaciones no termina con el parto: Se ha demostrado que persiste un riesgo aumentado de tromboelismo venoso y de enfermedad isquémica cerebrovascular dentro de los siguientes diez años posteriores. En consecuencia, la paciente debe ser evaluada regularmente por el reumatólogo después del período de gestación.
Reinaldo Gómez
Foto: Ángel Zambrano