El papa Francisco pidió hoy esfuerzos para que «se pacifiquen las tensiones políticas y sociales que afectan a varios países del continente americano», en el mensaje de Navidad pronunciado desde la logia central de la basílica de San Pedro antes de la bendición Urbi et Otbi.
Pidió al Niño Jesús, «que inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad en el continente americano, a esforzarse por pacificar las tensiones políticas y sociales que afectan a varios países; pienso particularmente en el pueblo haitiano, que está sufriendo desde hace mucho tiempo».
Y ante las decenas de miles de personas congregadas en la plaza de San Pedro recordó especialmente «al pueblo haitiano, que está sufriendo desde hace mucho tiempo».
También invitó a «superar el letargo del sueño espiritual y las falsas imágenes de la fiesta que hacen olvidar quién es el homenajeado. Salgamos del bullicio que anestesia el corazón y nos conduce a preparar adornos y regalos más que a contemplar el Acontecimiento: el Hijo de Dios que nació por nosotros».
Y lamentó que «las mismas pasiones negativas que impidieron que el rey Herodes y su corte reconocieran y acogieran el nacimiento de Jesús: el apego al poder y al dinero, la soberbia, la hipocresía, la mentira» también existen ahora.
«En efecto, debemos constatar con dolor que, al mismo tiempo que se nos da el Príncipe de la paz, crudos vientos de guerra continúan soplando sobre la humanidad», apostilló.
Se refirió a la «insensata» guerra en Ucrania y recordó los conflictos en Yemen, Siria, en Oriente Medio y la hambruna en Afganistán y en los países del Cuerno de África.