La conservación y preparación de los alimentos de forma higiénica es fundamental tanto para evitar posibles problemas de salud como para mantener su calidad nutricional. Especialmente cuando llega la época de calor se deben tener estas precauciones.
Para conservar los alimentos se debe evitar el contacto entre alimentos crudos y cocinados: un alimento cocinado puede contaminarse por el contacto con alimentos crudos.
Es recomendable utilizar guantes para cocinar si tiene alguna herida o corte en la piel y llevar la herida adecuadamente protegida. Como los alimentos se contaminan fácilmente, conviene mantener perfectamente limpias todas las superficies utilizadas para prepararlos.
El agua pura es tan importante para preparar los alimentos como para beber. Si el suministro de agua no inspira confianza sanitaria, conviene hervir el agua antes de añadirla a los alimentos o de transformarla en hielo para refrescar las bebidas.
Cuando se compran alimentos hay que tener en cuenta que pueden estar contaminados si el transporte o manejo en el punto de venta no ha sido adecuado. No compre ni consuma alimentos en los que el envoltorio esté dañado o caducado, latas abultadas o que tengan un color extraño.
Tanto la carne como el pescado que se compran se deben refrigerar tan pronto se llegue a casa y mantener en el refrigerador hasta que se vayan a utilizar.
Los alimentos congelados (carne, pescado y pollo) deben descongelarse completamente antes de cocinarlos. Evite hacerlo a temperatura ambiente, es mejor pasarlo directamente del congelador al refrigerador uno o dos días o que se utilice el microondas.
Los alimentos que se consumen crudos, como las frutas y verduras, se han de lavar muy bien con agua limpia. El vinagre es muy útil para lavar las hortalizas remojándolas al menos media hora. / E.M
Con información de Salud
Foto: @pixabay