El papa reiteró en que «no se bendice la unión, sino simplemente a las personas que juntas lo han solicitado» contemplado en declaración ‘Fiducia supplicans’, que autoriza la bendición de parejas homosexuales o divorciados vueltos a casar.
As{i lo explicó, a propósito del recibimiento de los miembros del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, redactado por el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández.
A ellos le recordó que la tarea la tarea principal de «salvaguardar la fe», pero también de anunciarla al mundo, en el que a menudo es «negada, marginada y ridiculizada.
«Renovaremos solemnemente nuestra fe en el próximo Jubileo» al tiempo remarcó que «con bendiciones, muestren la cercanía de Dios y de la Iglesia a los que piden ayuda».
Recordó que las «bendiciones pastorales y espontáneas» y que la declaración Fiducia Supplicans las autoriza también para las parejas llamadas «irregulares» respecto a la moral católica.
Respecto al documento doctrinal que ha generado diversas discusiones, el papa aclaró que su intención es «mostrar concretamente la cercanía del Señor y de la Iglesia a todos aquellos que, encontrándose en situaciones diversas, piden ayuda para continuar -a veces para comenzar- un camino de fe».
En ese contexto explica: «estas bendiciones, fuera de cualquier contexto y forma litúrgica, no exigen la perfección moral para ser recibidas».
El segundo punto que subraya es que «cuando una pareja se acerca espontáneamente para pedirlas, no se bendice a la unión, sino simplemente a las personas que juntas las han pedido».
«No a la unión, sino a las personas, teniendo en cuenta naturalmente el contexto, las sensibilidades, los lugares donde se vive y las formas más adecuadas de hacerlo».
Con información de Vatican News