Así lo asegura Human Rights Watch, basándose en estadísticas del Servicio Nacional de Migración de Panamá.
Esta cifra representa casi el triple de los 2.819 venezolanos que cruzaron en 2021 por esta zona selvática, considerada como una de las rutas más peligrosas del mundo para personas refugiadas y migrantes.
El flujo de connacionales por este tramo migratorio varió entre 1.153 y 1.760 personas mensuales entre enero y marzo de 2022. Sin embargo, en abril se registró un pico de migrantes cuando 2.694 venezolanos ingresaron por esta vía.
Así lo precisa Juan Pappier, investigador sénior de la División de las Américas de HRW, acotando que la cifra supone un aumento de 6.985 personas si se compara con los datos obtenidos el año pasado para el mismo periodo, cuando solo se documentaron 15.
La ONU ya ha alertado sobre el aumento de venezolanos por esta ruta, pues dicha nacionalidad ahora se posiciona como la más repetida en este registro en 2022.
Pappier viajó a la selva con un equipo de investigadores de Human Rights Watch. Visitaron las localidades de Necoclí, en Colombia, y Metetí, Canaán Membrillo y San José de David, en Panamá. Entrevistaron a decenas de migrantes y autoridades, documentaron graves abusos y constataron que la protección y el acceso a la justicia son muy escasos.
Según explica la ONU, el Tapón del Darién, «que marca la frontera entre Colombia y Panamá, se extiende sobre 5.000 kilómetros cuadrados de junglas, ríos y montañas escarpadas.
Médicos Sin Fronteras (MSF), ha atendido a 89 víctimas de violencia sexual en los puntos de recepción de migrantes en la provincia del Darién en lo que va de 2022. Además, durante el año pasado se reportó la muerte o la desaparición de, al menos, 51 personas.
Fuente: Efecto Cocuyo
Foto: Cortesía: Juan Papier