Reseña de la Añoranza/ Iván Brito López < El Informador Venezuela
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Reseña de la Añoranza/ Iván Brito López

             Hace 246 años nació Jacinto Lara

 

El próximo martes 28 de mayo, se conmemoran los 246 años del natalicio del epónimo de nuestra entidad federal, el General de División Juan Jacinto Lara Meléndez, héroe de la independencia como militar apegado a la disciplina castrense, exigente de la misma como oficial, leal como el más comprometido dentro de la gesta emancipadora, dada su admiración y obediencia a los designios del Libertador Simón Bolívar y dentro del campo de la obligaciones que le tocó cumplir don denuedo en aquellos aciagos días, se desempeñó con limpio decoro en cargos administrativos de carácter político, dando ejemplo de honestidad, transparencia y una ética infranqueable, que le propicio enemigos, detractores y hechos conspirativos en su contra, por no ceder ante las pretensiones de lo necios, de los oportunistas y los fomentadores del desosiego.

 

El Presbítero Dr. Carlos Borges, en el discurso pronunciado en el teatro Juares de Barquisimeto, el 19 de abril de 1917 expresaba:

 

“…Oh, ¡si (…) pudiera esta noche hacer vibrar, como en lejanos días, tus divinas cuerdas de oro, arpa de la epopeya! ¡Como haría desfilar entonces ante el noble pueblo que me escucha la procesión olímpica de los Libertadores! (…) Lara, el apóstrofe sublime, el del heroico grito legendario, el Faetón feliz de Corpahuaico, cuya radiante sombre, en los magníficos crepúsculos barquisimetanos, por entre montes de rubies y desfiladeros de topacio y cumbres de jacinto y cordilleras de esmeralda, parece que empuja todavía el sol de América hacia más grandes y gloriosos destinos…”

 

Esta gloria de la independencia venezolana, según el Cronista de Barquisimeto, Hermann Garmendia, citado por Rodrigo Orellana (1979): “…en Carora era conocido un español que vino de la Provincia de Navarra, trabajador como un buey y colorado como un tomate. Respondía al nombre de don Miguel de Lara y Buitriago y casó con una graciada lugareña, Juana Paula Meléndez. (…) Cuando don Miguel destapó las barricas de vino para humedecer la boda, se dio cuenta de que gozaba de cariños vecinales a juzgar por la calidad de las personas que al asfixiarlo con efusivos abrazos, le susurraban al oído la premonición de días felices y numerosa prole. Siguiendo los cánones de tal comportamiento, cuando nació el noveno de la familia, don Miguel abrió el arcón y se colocó la camisa de gala, el más elegante atuendo. Se colocó una gorra en la cabeza y tomó asiento en el butacón de cuero sin curtir. Allí, esperó a los amigos en el portón de la casona para recibir las felicitaciones…”

 

Sin embargo, para mediados de los años 20 del Siglo XX, no se conocía con exactitud, la fecha precisa del nacimiento de Juan Jacinto Lara Meléndez, lo que motivó a don Federico Carmona a fundar en 1924, la Sociedad Jacinto Lara, con el fin de establecer definitivamente, la fecha del nacimiento del epónimo de nuestra entidad federal. Así, se constituyó el 30 de noviembre de 1924 la “Sociedad jacinto Lara”, por cuyas gestiones, se pusieron manos a las obras para la esclarecedora tarea el Dr. R. Pompilio Oropeza, el Br. Agustín Oropeza y el Dr. José M. Zubillaga Perera, quienes en consecuencia ofrecieron el siguiente dictamen:

 

“…Entre el 5 de junio y el 28 de mayo nos perece más acertada esta última fecha, que con toda probabilidad fue la natalicia de Lara. Consultando la cuestión bautismo en el Derecho Canónico no encontramos con que la Iglesia preceptúa que el bautismo debe celebrarse “cuanto antes pueda hacerse” y que algunos teólogos al interpretar ese “cuanto antes”, fijan el término de ocho días, a contar del día del nacimiento, para la celebración del bautismo. Dado el espíritu de religiosidad de aquella época, parece que este precepto era rigurosamente cumplido. Así lo hemos podido comprobar nosotros examinando en el archivo parroquial partidas que expresan tanto la fecha del bautismo como el día del nacimiento…”

 

Todo lo acontecido con relación a este tema, como hemos acotado, se debió a la iniciativa del caroreño don Federico Carmona, quien como admirador de la vida y obra de Juan Jacinto Lara Meléndez, propició las indagaciones a las que hemos hecho referencia, en virtud, de ser el General Lara, el epónimo de nuestra entidad federal, que ante se denominaba Provincia de Barquisimeto y que después de la reforma constitucional efectuada por el Congreso Nacional en 1881, los estados Yaracuy y Barquisimeto, pasaron a formar una sola entidad autónoma, llevando por nombre el Gran Estado Lara, lo que entró en vigencia el 31 de diciembre de 1881.

 

En este orden de ideas, una vez esclarecida la fecha de nacimiento de Juan Jacinto Lara Meléndez, que se ubica entonces, en el 28 de mayo de 1778, fue el Dr. Juan Carmona, quien como Diputado a la Asamblea Legislativa estado Lara, quien presenta ante las sesiones de ese cuerpo legislativo, según lo escribe Alberto Aguirre Rojas (1978), al referirse al Proyecto de Ley introducido al respecto en 1925. Luego de las discusiones correspondientes, señala Aguirre Rojas, se produjo el siguiente documento:

 

“…La Asamblea Legislativa del estado Lara, Decreta: la siguiente Ley de Fiesta del Estado. Artículo 1º. Se declara día de fiesta para el Estado, el 28 de mayo, día del natalicio del Héroe Epónimo General Jacinto Lara. Artículo 2º. El Ejecutivo del Estado y los Consejos Municipales y los Jefes Civiles de los Distritos harán solemnizar esa fecha de la manera más digna, decretando los actos propios para celebrarla…”

 

Juan Jacinto Lara Meléndez, comienza su larga trayectoria de combatiente a favor de la causa independentista, en 1811 bajo las ordenes del Generalísimo Francisco de Miranda, quien lo espera en el Cerro del Morro, para someter una rebelión, ganando allí su primera batalla sin sacrificios de hombres. Con Miranda continuará fiel y disciplinadamente, son dobleces, ni cobardías hasta la pérdida de la Primera República, que cae en manos de Monteverde. En 1813, lucha en los Andes al lado de Simón Bolívar. Seguidamente, Niquitao, Los Horcones y Taguanes, serán testigos de su valor y arrojo. La posesión de Puerto Cabellos por Monteverde, hace que Bolívar se enfrente a los realistas, en Trincheras, Bárbula y Virginia como en el campo de Carabobo, donde Juan Jacinto Lara Meléndez está en la ruda pelea con vigor incansable. Al perderse la Segunda República, se opera un reacomodo de las fuerzas y los cuadros de mando, es entonces cuando jacinto Lara, se desplaza a Nueva Granada, que está tomada por los realistas, por lo cual busca un nuevo teatro de operaciones, que estará determinado en Apure, donde combate junto a José Antonio Páez, formando una dupla que hace morder el polvo de la derrota a los jefes españoles La Torre y Calzada, el memorable 17 de febrero de 1817, en Mucuritas.

 

En 1819, Morillo somete a Nueva Granada y por tanto Bolívar prepara al ejercito para invadir a Colombia, en aquella embestida independentista, ante el primer batallón va Juan Jacinto Lara Meléndez, quien sale de Mantecal, cubre los 700 kilómetros que lo separa de la Cordillera Andina, pasa el páramo de Pisba y el 5 de agosto, burlando la astucia del español Barreiro, Lara entra en Tunja, enfrentándose al ejercito real en Puente Boyacá, donde el batallón “Rifles” de la División comandada por Lara se viste de glorias. Barreiro cae prisionero y Santander completa la victoria al pasar el puente. Con este triunfo, Sámano huye, dejándole el campo abierto al vencedor, al Padre de la Patria, al Libertador Simón Bolívar.

 

Estos acontecimientos, elevan Juan Jacinto Lara Meléndez a Jefe del Estado Mayor General interino, de la División del Norte de Nueva Granada. En 1821, es nombrado Gobernador de Santa Marta y Cartagena en Nueva Granada, por lo cual no participa en la decisoria batalla de Carabobo, cuyo triunfo libera a Venezuela del yugo español.

 

De vuelta a Nueva Granada, Simón Bolívar, le encomienda al Mariscal Antonio José de Sucre, la liberación del Perú. Serán estas las circunstancias, que propician el encuentro entre Sucre y Lara, depositando el primero toda la confianza sobre el segundo, entonces tres batallones estarán bajo las órdenes de Juan Jacinto Lara Meléndez, con los cuales hará gala de su bizarra actuación el 6 de agosto de 1824, en Junín y luego en Corpahuaico, donde será factor decisivo para el éxito en Ayacucho, pues Sucre en aquella batalla, consideraba todo perdido, ante la arremetida realista contra la División de Lara que llevaba el parque de los pertrechos para la batalla de Ayacucho. De tal manera que era indispensable el equipo bajo la responsabilidad de Juan Jacinto Lara, quien combatía ferozmente, mientras Sucre con el resto del ejército proseguía el camino.

 

La desesperanza, invadía a Sucre, ya que sin el parque bajo la custodia de Lara, la batalla de Ayacucho estaba seriamente comprometida con miras al fracaso.  En el sitio donde levanta el campamento Antonio José de Sucre, es informado del arribo de Juan Jacinto Lara Meléndez. Serían las nueve de la noche, cuando Sucre vuelve a ver a Lara, enterándose por éste la salvación del parque. Según el Dr. Juan Carmona (1924), fue expresión del propio Lara, las interrogantes de Sucre: ¿dónde está el parque? ¿dónde está el ejército? A lo que Lara responde sin vacilar: “…mi General (…) por aquí está Lara caramba, para decirle que salvé el ejército y salvé el parque, porque salvé la División y con ésta noventa cargas de cuatro mil cartuchos y toda la caballería…”

 

Al referirse, el Dr. Juan Carmona (1924) a Villanueva biógrafo de Sucre, expresa: “…El General en Jefe fue esa noche al campamento de Lara y le estrechó mucho tiempo entre sus brazos; se hizo contar los detalles de la acción, se tranquilizó al saber todo lo que se había salvado; hizo grandes elogios, a su general, a los oficiales y a los cuerpos…” Seis días después con el triunfo en Ayacucho, que aseguraba la libertad de América, Corpahuaico se convertía en el brillante prólogo de Ayacucho.

 

Tras la victoria de Ayacucho, Juan Jacinto Lara Meléndez, será Intendente y Comandante de los Departamentos de Arequipa, Cuzco y Ayacucho en el Perú. En 1828, es nombrado General en Jefe del Ejercito de Colombia, auxiliar del Perú; Intendente y ese mismo año, Comandante General del Departamento del Zulia. En 1829 se desempeña como Comandante General del Departamento del Orinoco, completando 20 años consecutivos al servicio de la patria, durante los cuales combatió por la libertad desde los llanos de Venezuela hasta los confines del Perú, siendo uno de los héroes nacionales que tuvo la gloria de luchar por la independencia de casi todos los países bolivarianos.

 

De regreso a Carora, contrae matrimonio el 15 de septiembre de 1830 con la distinguida señorita Nemecia Urrieta, con quien tuvo cinco hijos; Jacinto Fabricio Lara Urrieta, quien a la postre tomó parte decisiva en las guerras del Siglo XIX, según José Ramón Brito (1978), quien señala además que también Jacinto Fabricio, tomó parte en las guerras de principios del Siglo XX. Fue Varias Veces Presidente del Estado Barquisimeto, Jefe Civil y Militar del mismo, igualmente se desempeñó como Ministro de Fomento y de la misma forma ocupó cargos diplomáticos. El segundo de sus hijos fue el General y Doctor Eladio Larra Urrieta, graduado como Licenciado en Medicina, ocupo también la presidencia del estado Lara y del estado Táchira, como Gobernador del Distrito Federal y Ministro de Guerra y Marina. El tercer hijo, fue Francisco Javier Lara Urrieta, que fue militar y murió en una acción e Puerto Cabello, la cuarta, Elodia Lara Urrieta, quien contrajo matrimonio con el médico Manuel Francisco Samuel y por última Nemecia Lara Urrieta, quien caso con Froilán Álvarez y enviudó, ella falleció en Barquisimeto.

 

Posteriormente el General Juan Jacinto Lara Meléndez, se vino a Barquisimeto, donde nuevamente atendió el llamado de la patria para seguir prestándole servicios, esta vez, como Gobernador del estado Barquisimeto, cargo que ejerció desde diciembre de 1843 hasta enero de 1848. Su labor como gobernante fue preclara, transparente y plena de una total honestidad, siendo constante sus pronunciamientos ante la Asamblea Legislativa, en la procura de fonos para cubrir las necesidades de la población ante la precariedad de los servicios, la salud y la educación, los caminos y las escuelas, el alumbrado público y los caminos, como la policía rural.

 

Finalmente, el General de División Juan Jacinto Lara Meléndez, fallece en su casa del ángulo suroeste de la hoy Avenida 20 con la calle 24 del actual Barquisimeto, el 25 de febrero de 1859. En 1881, como hemos dicho el estado Barquisimeto fue convertido en estado Lara en su honor con resolución de la Asamblea Legislativa y e 1911, por disposición del Congreso Nacional sus restos fueron llevados al Panteón Nacional.

 

Para finalizar, traemos a colación, las expresiones de Alberto Aguirre Rojas (1978):

 

“…Aún admirados de sus nobles virtudes, como de sus dotes de casi legendario paladín, imaginamos verle al frente del “Rifles”, del “Vencedor” y del “Vargas”, como en las estrofas espartanas de un gran bardo sureño: Cabalgando, sobre la llanura de oro del sol naciente…”

 

Barquisimeto, domingo 26 de mayo de 2024.

 

 

Fuentes Consultadas:

 

Aguirre, A. (1978, Mayo 28) En Corpahuaico, el General Lara fue el escudo de diamante del Ejercito Libertador. Diario El Impulso. Barquisimeto. Venezuela.

 

Brito, R. (1978) Vida y Obra del Jeneral Jacinto Lara. Publicación de la Gobernación del estado Lara. Editorial Lucila S.R.L. Barquisimeto. Venezuela.

 

Carmona, Juan. (1978, Mayo 28) Discurso ante la Asamblea Legislativa del estado Lara el 3 de diciembre de 1924. Diario El Impulso. Barquisimeto. Venezuela.

 

Orellana, R. (1979, mayo 28) Juan jacinto Lara: Recuerdo permanente de su Gloria. Diario El Informador. Barquisimeto. Venezuela.

 

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