Wilson Moros y Carlos Mendoza son dos personas con discapacidad, pero a quienes las duras y penosas dificultades en las que se han desenvuelto sus vidas no les han amilanado para nada la intensa voluntad de lucha que les ha caracterizado desde el mismo momento en que adquirieron tal discapacidad.
Y decimos “adquirieron” porque los dos eran hombres completamente normales de nacimiento, hasta cuando sendos y lamentables accidentes de tránsito les ocasionaron una discapacidad motora a cada uno.
–Y, precisamente –aseveran–, si algo nos impulsa a luchar con más ahínco por el logro de nuestras reivindicaciones –o más bien por nuestros justos derechos, diríamos nosotros— es justamente el hecho de que la ley que supuestamente nos ampara, lamentablemente, como una triste realidad, es sencillamente letra muerta, ya que, de la misma, es nada, o muy poco, lo que se cumple, pese a que ya lleva varios años de haber sido aprobada, incluso, en la segunda oportunidad con una reforma a la primera.
Moros y Mendoza forman parte de la Mesa para los Derechos humanos de las Personas con Discapacidad del Estado Lara, y con ellos fue que desarrollamos este diálogo, que, de nuestra parte, y a tenor de lo por ellos narrado, nos permitió “descubrir” –por decirlo de alguna manera— la cruda y lamentable realidad con que se desenvuelve la vida de las personas con discapacidad en el Estado Lara, pero que casi con seguridad es la misma en toda Venezuela.
–Esa ley, para nosotros –enfatizaron– es simplemente letra muerta. ¿Por qué? Pues sencillamente porque una cosa es lo que señala esa ley, y otra cosa muy distinta lo que ocurre en la realidad.
Desde el mismo artículo N° 1
–Y es más –prosiguieron–, se incumple desde su artículo N° 1, que textualmente reza:
“Las disposiciones de la presente ley son de orden público, y tienen por objeto regular los medios y mecanismos que garanticen el desarrollo integral de las personas con discapacidad de una manera plena y autónoma, de acuerdo con sus capacidades, y logren la integración a la vida familiar y comunitaria, mediante su participación directa como ciudadanos y ciudadanas plenos de derecho, y la participación solidaria de la sociedad y de la familia”.
Valga destacar que esta entrevista se convirtió en un diálogo bastante extenso, de varias horas, diálogo que hemos buscado de resumir, pero siempre tratando de incluir en él los detalles más importantes de tan cruda y odiosa realidad.
–Pero es que, en el caso del Estado Lara, la cuestión va más allá –resaltaron—, por cuanto resulta que aquí existe igualmente una ley similar, sancionada por el respectivo Consejo Legislativo, la cual fue reformada en el año 2006, de la que igualmente no se cumple nada, o muy poco.
¿Un engaño…?
¿Consideran ustedes entonces que tales leyes son simplemente un engaño?
–No quisiéramos llegar hasta allá, pero, en todo caso, esa interpretación se la dejamos a quien lea estas líneas.
Cuando les preguntamos a qué creen ellos que se debe el hecho de que tales leyes no se cumplan, manifestaron:
–Mira: Realmente no sabríamos decírtelo con exactitud, pero, a nuestro juicio, eso se debe, en primer lugar, a la falta de voluntad política de nuestras autoridades para hacer que tales leyes se cumplan, a todo lo cual contribuye, además y en segundo lugar, la también falta de voluntad de las propias personas con discapacidad para organizarse y reclamar ese cumplimiento.
Se cansaron…
Y esto último, ¿A qué se deberá?
–Bueno, mira, eso se debe fundamentalmente a que muchas de las personas con discapacidad que nos estuvieron acompañando durante un tiempo en esta dura lucha sencillamente se cansaron de ver que los años pasan y pasan, y nuestra situación se hace cada vez más difícil, sin que se vean frutos positivos en la realidad, y eso desanima a cualquiera.
–Y, por cierto, queremos aclarar que nosotros en absoluto los criticamos a ellos, porque en verdad esta lucha es muy dura, y en condiciones sumamente adversas, y cualquiera se desanima ante ese panorama.
–Nosotros, y algunos otros cuantos de nosotros, permanecemos todavía en esta lucha porque, hasta ahora, el desánimo no nos ha invadido, y haremos todo lo posible para que no nos invada.
Un botón
¿Cómo se nota, o en qué se nota, ese incumplimiento de las leyes referidas?
–Bueno, por solamente mostrar un botón, como se dice en buen criollo, es el caso de que, a diferentes niveles de gobierno, tanto nacional como regional y locales, ya han sido conformadas, incluso desde hace tiempo, comisiones técnicas de trabajo creadas y ordenadas por otras leyes, tales como comisiones técnicas de salud, de educación, de vivienda, etc., pero no hay ni una sola a nivel de personas con discapacidad, a pesar de que las susodichas leyes que “nos protegen” ordenan que se establezcan, o se conformen, las mismas.
–Pero es que, para no ir muy lejos, incluso esa discriminación hacia nosotros se ve hasta en el campo político, y una muestra de ello es que, por lo menos aquí en el Estado Lara y hasta donde tenemos conocimiento, en las listas que se han presentado de candidatos a los diferentes organismos deliberantes para las elecciones de este 25 de mayo, apenas aparece postulada una persona (masculina) con discapacidad, y lo identificamos con su nombre: Manuel García, y ojalá que resulte electo, porque él sí sería allí un verdadero representante de las personas con discapacidad.
–Y, ojo, aclaramos: Eso, sin pretender hacer campaña política, por cuanto la discapacidad simplemente no tiene color político.
–Pero valga también la pena recordar que el artículo 20 de la ley respectiva asimismo promueve y estipula nuestra participación plena y sin discriminación alguna en la actividad política, en igualdad de condiciones con las demás personas.
Unidades Municipales
Abundando en detalles, precisaron que, de la misma manera, la ley prevé la creación de las denominadas Unidades Municipales de Atención a Personas con Discapacidad, y hay que crear ordenanzas municipales al respecto.
En ese sentido, se permitieron recordar que, en el Estado Lara, “la primera y única de tales oficinas –llamémosla así— se creó hace ya algunos años en el Municipio Morán, la que, por cierto, durante sus primeros años, funcionó muy bien, tan bien que incluso logramos desplegar desde allí actividades que abarcaron a toda nuestra entidad federal, e incluso, en el año 2008, logramos censar a 21.300 personas con discapacidad en la geografía larense”.
–Lamentablemente, aproximadamente desde el año 2012, esa oficina comenzó a decaer en su funcionamiento, hasta que, ahora, no es sino un programa más, sin resultados tangibles en cuanto a nosotros las personas con discapacidad se refiere.
¿Y qué ha pasado con Iribarren y con los demás municipios del Estado Lara?
–Pues sencillamente lo que ya hemos dicho, que, por esa gigantesca falta de voluntad política, no han sido creadas las Unidades Municipales de Atención a Personas con Discapacidad.
Expresaron más adelante que ésta es una situación que también se vive a otros niveles públicos.
El bullying, que no falta
¿Y a nivel escolar…?
–Bueno, sí, a nivel escolar también se vive y se siente, pero más que todo con el asunto del denominado bullying hacia determinados alumnos.
¿Qué tal la situación en los centros de salud?
–Pues más bien en los centros de salud públicos, en general, nos atienden bien, con relación a lo cual debemos decir que, de todas maneras, el artículo 31 de la ley establece que nosotros debemos recibir una atención especial, por nuestra misma condición, en los centros de salud tanto públicos como privados.
A nivel del sector privado
En cuanto a la empresa privada, manifestaron que “allí sí es verdad que nada ha sido posible”, porque la casi totalidad de las empresas, “por no decir todas”, incumplen con la inclusión de personas con discapacidad en sus nóminas de trabajo, tal como lo establece la ley, “a pesar de que ésa ha sido también una de nuestras luchas más difíciles”.
El aspecto deportivo, la excepción
Ante otra pregunta, dijeron que “más bien en el aspecto deportivo, en general, ha habido mucha mayor inclusión, diríamos que bastante, quizás con una que otra pequeña traba de vez en cuando”.
–Incluso, como es sabido, se efectúan competencias locales, regionales, nacionales e internacionales para personas con discapacidad, y hasta con participación de bastantes atletas.
–Es más, casi pudiéramos afirmar que, en ese aspecto, la dirigencia deportiva venezolana ha tenido mucho más receptividad y voluntad para aceptar la inclusión y participación de los atletas con discapacidad, que, por cierto, reciben su respectivo entrenamiento previo.
En cuanto al comercio informal (buhonería), manifestaron que, allí, la participación ha sido muy limitada, “más que todo debido, como ya lo hemos manifestado, a que no existe la Unidad Municipal de Atención a Personas con Discapacidad”.
En la calle
Y la gente en la calle, ¿Cómo los ve a ustedes?
–Bueno, realmente, mucha gente nos ve “como gallina mirando sal”, aunque de vez en cuando nos encontramos con personas muy sensibles y solidarias; pero también se han dado casos en que hemos pasado por situaciones muy ofensivas y denigrantes.
A los “trastazos…”
En cuanto al transporte público, dijeron que “la casi totalidad de los transportistas y colectores nos tratan sencillamente a los trastazos, por no decir la palabrota, salvo una que otra excepción”.
Relataron que, de igual forma, ha habido casos en que las unidades no se detienen a recoger pasajeros con discapacidad, “debido a nuestra propia condición”.
–También hemos sabido de situaciones enojosas en muchos condominios, ya que se ha pretendido hasta echar de sus apartamentos a personas con discapacidad, y que producen muy poco, o nada, ante el hecho de no poder cancelar los gastos mismos de ese condominio.
Hasta aquí, quisimos extender el diálogo, inclusive sabiendo que quedarían muchos aspectos sin abordar, en aras de no hacer demasiado extensa esta nota periodística, que esperamos contribuya a que se revierta por completo la situación llena de penurias y de calamidades por las cuales atraviesan en Venezuela las millares de personas con discapacidad que habitan en la geografía nacional
Quisieron asimismo los declarantes ofrecer sus números de teléfonos para cualquier persona, con o sin discapacidad, que desee hacer contacto con ellos para incorporarse voluntariamente a esta lucha; o, en todo caso, para cualquier información al respecto.
Tales números son: El de Wilson Moro (0414) 5229250, y el de Carlos Mendoza (0416) 1215912.
(RG).