¿Cómo saber que estamos ante un amor romántico no correspondido? Si este es el caso, ¿por qué ocurre? ¿Cómo salir de esta desgastante dinámica? ¿Qué pasa cuando sucede dentro de la relación de pareja? Recuerda, en el ámbito afectivo “confusión” significa “no”.
Debemos iniciar explicando que el amor romántico no correspondido ocurre cuando una persona tiene un vínculo afectivo (y en ocasiones sexuales) hacia otra persona que no quiere o no puede ser recíproca.
¿Es posible tener un fuerte vínculo afectivo hacia otra persona y evitar corresponderle recíprocamente? La respuesta es clara: si.
Sin embargo, independientemente de esta dualidad, lo que sí sabemos (investigaciones y estudios de casos) es que cuando entregas más de lo que recibes (y eso en algunas excepciones, o simplemente nada) estás en el sitio equivocado, aunque algunas telenovelas y películas de Hollywood te sugieran algo distinto.
Ahora bien, ¿por qué nos enamoramos de amores no correspondidos a pesar de recibir claras señales de no hacerlo? ¿Qué pasa con aquellas personas se quedan en una relación donde solo obtienen rechazo e indiferencia?
Aunque nos pueda sonar trillado, esto es multifactorial, ya que los modelos de vínculos afectivos en el ámbito familiar, las referencias socio-morales de amor romántico, perfil de personalidad, religión, inteligencia emocional, cultura, neuroquímica cerebral, entre otros, juegan un papel muy importante en la consolidación de esta dinámica disfuncional.
No obstante, vamos a abordarlo desde los factores más comunes: socio-familiar, bioquímico e inteligencia emocional. Por ejemplo: una persona que desde su infancia haya tenido que esforzarse para ganar afecto, validación y reconocimiento de sus cuidadores; aquellos que observaron como uno de sus padres sufría la indiferencia del otro o los que fueron víctimas de abandono parental (entre otros), son más propensos a mantenerse en una dinámica afectiva a pesar de no ser correspondidos.
Por otro lado, aquellos que tienen dificultad en el manejo de la frustración o se sienten menos queribles que los demás. Los amantes de la neurotransmisión (serotonina y dopamina), dado que el rechazo les ocasiona un desequilibrio bioquímico ante la fuerte emoción de la dualidad euforia-dolor.
Por último, la ineludible trampa del “Ego” que nos hace persistir en una relación o proceso de seducción donde sabemos que no somos correspondidos pero nos negamos a aceptarlo (que sería lo más saludable) para no sentirnos desaprobados. Sin embargo, es necesario decir que la no reciprocidad no es desaprobación, es indisposición y esto tampoco hace mal intencionado(a) a quien no pueda correspondernos (por supuesto, no es una regla).
Cualesquiera que sean las razones, debemos tener en cuenta que somos mucho más que la suma de variables mencionadas. Tenemos la capacidad de razonar y comprender que donde no exista reciprocidad (conquista o relación de pareja) y hayamos verificado objetivamente que la otra persona no está dispuesta a seguir un ritmo similar al nuestro, debemos retirarnos con dignidad.
Y ¿cómo podemos ser objetivo al estar enamorados o en pareja? Fácil, preguntándole al otro si tiene expectativas, sentimientos y planes similares a los tuyos. Si te da miedo hacerlo, te sugiero leer el artículo nuevamente.
Finalmente, siempre es importante buscar un asesoramiento psicológico. Las condiciones y criterios mencionados en este artículo distan mucho de ser una receta mágica. Existen tantas historias como personas en el mundo, por lo que cada uno tiene sus particularidades.
Además, recuerda la máxima afectiva: “confusión, significa no”. Ante esto, vive tu duelo.
Hasta ahora, todo los pacientes que he atendido en mi consulta, se han hecho mejor persona tras vivir este proceso responsablemente, sin dejar de lado la enorme satisfacción que siente al estar en una dinámica afectiva recíproca.
Cuando la vivas, jamás te volverás a conformar con amores ‘semirománticos’.
Psic. Luis Oropeza
FVP: 8482
@psicopracticala
Foto: (Referencial)