A diario los venezolanos se quejan por las constantes fallas de los servicios básicos, pero esa realidad también la viven en la casa hogar Pedro Ernesto Jiménez en el sector La Florencia de la localidad de Quíbor, donde habitan 25 abuelos, todos ellos bajo el cuidado de las Hermanas de Jesús Resucitado, quienes a pesar de la realidad país hacen todo lo posible por darle una mejor calidad de vida a estas personas.
Ingrid Correa, directora de la Casa Hogar también relata que junto a ella cinco hermanas más se encargan del cuidado de los abuelos, pero también de la misma comunidad, quienes a diario buscar una taza de comida, debido a la dificultad alimenticia que se vive en el país.
La hermana superiora, describe las principales falla de los servicios, donde sobre sale la escasez de gas, situación que los llevó a construir un fogón artesanal, para atender a los 25 adultos mayores.
Otro de los grandes problemas son los racionamientos eléctricos improvisados, los cuales se registran mayormente en horas de la noche, dejando a los abuelos a merced de los zancudos.
La hermana Ingrid también sostiene que en los 27 años nunca han contado con ayuda de entes gubernamentales, aunque si explica que los apoyos han disminuido debido a la situación que vive el país.
Sin embargo, pese a las dificultades, cuentan con el apoyo de la fundación Don Aparo y Doña Ramona de Pacheco, quienes se han encargado de ser una mano amiga para los abuelos.
Solidaridad
Laura Martínez, comenta que recolectar comida, ropa, medicinas para ayudar a mantener y mejorar la calidad de vida de los abuelos es una de las mejores manera de colaborar, por eso a lo largo de varios años, han tratado de estar presentes para colaborar con quien más lo necesite.
Anderson Piña Pereira