“Haga todo el bien que pueda, y el mal evite”, esa fue la frase que alguna vez le dijo su abuelo Alfaro, a Laura Martínez, una dirigente social con vocación de servicio que a lo largo de 15 años ha venido colocando en práctica en gran parte del municipio Jiménez, donde es oriunda esta larense, arraigada en el poblado de Cubiro.
Laura Martínez tiene 15 años recorriendo el municipio Jiménez.
Martínez relata a ElInformador.com, que sus inicios en la labor social se remontan al año 2004 y a un aula de clase, donde impartía clases a niños de preescolar, quienes fueron sus inspiradores para la creación de la fundación Don Aparo y Doña Ramona de Pacheco, en honor a sus abuelos, a quienes describe como su ejemplo de vida.
Martínez recuerda que todos los días, al entrar a clase se realizaba una oración, pero en una oportunidad, uno de los niños en medio de la oración, le pidió a Dios, por su abuela Lila, quien para ese momento se encontraba padeciendo de artritis de formativa. Pero esa situación, generó un impacto positivo y multiplicador que permitió extenderse por todo el municipio.
Aunque Laura cuenta que en estos tiempos, la situación que vive el país, de cierta manera ha afectado las ayudas a las casas hogares, pero a pesar de las dificultades y de las cantidades aún se sigue apostando a la ayuda del prójimo.

Martínez quien también afirma que al dador alegre, Dios lo ayuda, también relata que en estos años le han dado la vuelta al municipio en varias oportunidades, donde han conjugado la educación, la labor social y las ganas de ayudar para transformar vidas.
También nos dice que una de los grandes logros, es poder contar con un voluntariado, donde resalta el nombre de Yeni Silva, quien la acompañado a lo largo de este tiempo, donde a su vez se han sumado personas con deseo de servir, como se hizo en días recientes en la Casa Hogar Pedro Ernesto Jiménez, ubicada en Quíbor.
Por: Anderson Piña Pereira