
ICOLT / “Una gran enfermedad”, así califica el Papa Francisco al consumismo, y lo culpa del egoísmo humano.
En la homilía que celebra cada día en la capilla de la Casa Santa Marta, su residencia, dijo este 26 de noviembre que el consumismo nos impide ser generosos con los más necesitados.
Gastar más de lo necesario, la falta de austeridad en la vida, son enemigos de la generosidad, aseguró Francisco, aclarando que no todos son así.
Por eso invitó a “la generosidad”, a preocuparse por hacer el bien ante la pobreza en el mundo, por ayudar a los que no tienen que comer, a los que no tienen medicinas, a hacer algo por “tanta pobreza que se oye todos los días en las noticias y en los periódicos”.
Para ello el Papa aconsejó: “hay que pensar en las pequeñas cosas”. No solo en “siempre comprar cosas, en tener.
No se puede servir a dos señores: a Dios o a las riquezas, explica Francisco, por lo que exhorta a rezar al Señor para liberarse de la “dependencia del gasto: una enfermedad psiquiátrica”.