La temporada 2024/25 quedará grabada por siempre en la memoria de los Bravos de Margarita, los subcampeones –por llamarlos de alguna manera— de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP).
Porque si algo de bueno tuvo el campeonato de este año fue que, luego de varias campañas jugando en ciudades como Valencia, La Guaira o Caracas, los insulares finalmente regresaron a la Isla de Margarita, su verdadero hogar, en donde las cosas fluyeron de una manera fantástica.
Bravos se alzó como el mejor equipo de local de la Ronda Regular, lo que les dio el impulso necesario para ir a la postemporada.
En el Round Robin, la historia fue similar, y los isleños lograron dominar junto a Cardenales de Lara para así asegurarse la primera Final en la historia de una franquicia que no había logrado dicho éxito ni con sus anteriores nombres (Petroleros de Cabimas, Pastora de Occidente y Pastora de Los Llanos).
En esta serie final del campeonato, las cosas iniciaron bien, muy bien, ya que el equipo margariteño ganó los dos primeros juegos, disputados incluso en la casa de su rival, el Estadio “Antonio Herrera Gutiérrez”, de Barquisimeto. Lamentablemente para el equipo dirigido por José Moreno, Cardenales de Lara despertó y ganó cuatro en fila, para llevarse el título, lo que genera una duda enorme, pero también una pregunta lapidaria: : ¿Qué le falló –o le faltó– a Bravos de Margarita para ganar el título?
Antes de hablar a fondo, cabe destacar que es realmente duro afirmar que a Bravos de Margarita le faltó algo para llevarse la corona.
Y es que, al hablar de los dos equipos finalistas, nos damos cuenta de que, en efecto, fueron los dos mejores equipos de todo el campeonato, de principio a fin.
Sin embargo, si revisamos las cuatro derrotas en fila que sufrió el equipo de Bravos en la serie final, nos daremos cuenta de un patrón bastante claro: El pitcheo insular no logró –o no pudo– detener a la poderosa ofensiva de Cardenales.
En las cuatro caídas ante Lara, el equipo radicado en Nueva Esparta permitió al menos ocho carreras en cada una, lo que demuestra que, en efecto, el cuerpo de lanzadores perdió la eficacia mostrada en los primeros dos compromisos y que habían dejado al equipo en una muy buena posición.
Entonces, para nosotros, sin lugar a dudas, si tenemos que buscar un motivo de la debacle, no hay otro que el pitcheo, tanto el abridor como el de relevo.
Fuente: Meridiano
Gráfica: Referencial
RG