Guillermo López es un joven venezolano que junto a su esposa y sus dos hijos viven desde hace dos años en la ciudad de Dnipro al este de Ucranian, muy cerca de las regiones separatistas que el presidente de Rusia reconoció como independientes antes de invadir el país.
En el año 2015 el joven emigró de su natal Venezuela por la crisis generalizada en el país y llegó a China, allí conoció a la que se convertiría en su esposa con quien terminó huyendo de los estragos de la pandemia y ahora está atrapado en Ucrania con su familia, en medio de una guerra.
Guillermo contó en entrevista a El Carabobeño que vive y trabaja como músico en Dnipró, la cuarta ciudad más grande de Ucrania, con casi un millón de habitantes, y una de las primeras atacadas por el ejército ruso.
De un momento a otro, las noticias, mensajes y llamadas comenzaron a llegar a su celular sin parar, cuando ni siquiera el cielo se había aclarado. “A partir de ese instante, todo escaló muy rápido”, narró. Medios locales e internacionales retransmitían la inesperada alocución televisada en la que el presidente ruso Vladímir Putin anunció una “operación militar especial” para la “desmilitarización y desnazificación” de Ucrania, por considerar a esa nación como una amenaza.
En respuesta a la crisis, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski impuso la denominada ley marcial, un estado de excepción que implica la restricción de varias garantías constitucionales durante 30 días, en todo el territorio nacional.
“Seguimos aquí porque el espacio aéreo está cerrado. Si pudiéramos salir de forma segura, lo haríamos, aunque nos gusta vivir en este país”, detalló el venezolano.
A sus 32 años Guillermo jamás imaginó vivir un conflicto bélico en pleno corazón de Europa y mucho menos verse obligado a considerar una tercera migración.
«A pesar de que soy más venezolano que la arepa, nacido y criado allá, mis hijos y mi esposa son ucranianos, nacieron aquí. Y me da impotencia ver que su tierra está siendo atacada, como también fue atacada la mía, aunque no en la misma escala”, expuso.
A diferencia de las cancillerías de países latinoamericanos como Ecuador, Colombia, Argentina, Brasil y Perú, el titular del Ministerio de Relaciones Exteriores de la administración de Nicolás Maduro, Félix Plasencia, no se ha pronunciado sobre los venezolanos en riesgo que están en la zona de conflicto. Hasta la fecha, Guillermo no ha sido contactado ni asesorado por las autoridades venezolanas.
“No he recibido ningún tipo de asesoría y tampoco la he buscado, porque aquí no hay embajada ni consulado venezolano. El consulado más cercano está en Polonia, y la embajada en Rusia”, expuso.
“Sinceramente ni siquiera sé a dónde comunicarme, al menos para que sepan que hay un venezolano aquí. No debo ser el único aquí, aunque no creo que seamos muchos” dijo.