El nivel de audiencia de los Premios de la Academia se desplomó a 9,85 millones de espectadores en ABC, menos de la mitad de la cifra mínima anterior de los Oscar y continuando una tendencia alarmante de desconexión de los espectadores con las premiaciones.
Las estimaciones preliminares de The Nielsen Company muestran que la audiencia que vio triunfar a “Nomadland” como mejor película el domingo fue 58% menor a los 23,6 millones del año pasado, que era ya una cifra récord mínima para la transmisión por televisión de los Oscar.
Tras un año en el que los cines estuvieron principalmente cerrados por el COVID-19, la gente no estaba emocionada o desconocía las películas que se presentaron principalmente por streaming en casa. Los productores trataron de luchar contra la fatiga por la pandemia con un programa sin anfitrión y un pequeño público que no llevó cubrebocas, pero mantuvo el distanciamiento social durante la ceremonia.
El evento generó reseñas mixtas y reavivo las dudas sobre el tipo de películas que realiza de industria y aquellas que quiere honrar.
“Fue doloroso para mí ver el show anoche. Fue una tortura pura”, dijo el lunes Marc Berman, un analista veterano de televisión que escribe en el boletín de “Programming Insider”.
A los Oscar les va mejor en los años cuando las películas populares compiten por premios, la teletransmisión atrajo a 55 millones de espectadores cuando “Titanic” ganó el premio a mejor película en 1998, aunque ninguna película se ha acercado a ese impacto. Como resultado los espectadores se sentaron a ver “largos discursos de agradecimiento de personas que no conocen que salen en películas de las que nunca han escuchado”, dijo Berman.
Siendo honestos, todas las premiaciones han estado en una caída libre de ratings. Los Globos de Oro (6,9 millones de espectadores) y los Grammy (9,2 millones) tuvieron ratings mínimos este año.
El brillo, el glamur y la emoción normal de estos programas se ha enmudecido por la pandemia. En vez de esto los productores tienen que lidiar con públicos en vivo limitados o inexistentes, presentados a una teleaudiencia que ya está cansada de ver gente por Zoom.
Robert Lloyd, crítico de The Los Angeles Times, señaló que los productores de los Premios de la Academia, Steven Soderbergh, Stacey Sher y Jesse Collins, querían que el programa se viera más como una película. En vez de eso “hicieron más sosa la imagen e hicieron que el evento en vivo se sintiera menos así”, escribió Lloyd. “En una apuesta por la elegancia, la transmisión cortejó la lentitud”.
Más que nunca los Oscar necesitaban simplemente mostrar más de las películas que estaban honrando, escribió Darren Franich en Entertainment Weekly.
Pero hubo relativamente pocos videos. Al show le falaron números especiales y tenía poca comedia con guion. A los ganadores no se les retiró del escenario con música para acortar los discursos, para bien y para mal.
“La transmisión del domingo en ABC fue más como una cruza entre los Globos de Oro y el banquete de la noche final de una larga y extenuante convención”, escribió Mike Hale en The New York Times.
La gala tomó algunos riesgos creativamente, aunque uno de ellos, terminar la noche con el premio a mejor actor en vez de construir el momento para presentar a la mejor película, podría haber resultado desorientador para algunos espectadores.
Otros de los problemas que han alejado a la gente de los premios no son únicos de la industria cinematográfica. El público de los espectáculos está fragmentado, cada vez son menos los eventos que unen comunalmente a la gente. En vez de sentarse por horas para ver premios menores, mucha gente sabe que podrán ver los momentos especiales como cuando Glenn Close bailó “Da Butt”, más tarde en redes sociales.
Pero hay cosas específicas de la industria que la gente que hace películas debe tomar en cuenta, dijo Sasha Stone, fundadora y editora del sitio Awards Daily.
Los Premios de la Academia se han “acorralado en una esquina” al reconocer películas que atraen a los críticos y a la gente que cubre y habla sobre los premios en vez del público general, dijo. La premiación corre el riesgo de convertirse en algo como los Premios Tony, que es vista principalmente por una audiencia de nicho que conoce bien el mundo del teatro de Nueva York, agregó.
Stone dijo que su hija de 22 años y sus amigos creen que los Premios de la Academia están interesados sólo en un cierto tipo de película y no lo dicen como halago.
No hace mucho tiempo los Oscar eran el segundo programa más visto de la televisión después del Super Bowl. La mayor parte de la década del 2000, la audiencia de los Oscar estaba entre los 35 y los 45 millones cada año. Hace tan sólo seis años, en 2015, los Oscar llegaron a 37,3 millones, dijo Nielsen.
En un monólogo aniquilador la semana pasada, Bill Maher de HBO apuntó hacia los temas de las películas que estaban nominadas a los Oscar este año.
“No tengo que salir del cine silbando, pero ¿no sería bueno hacer de vez en cuando una película que no me haga querer tomar un baño metido con un tostador?”, dijo. “Todos hemos tenido un año difícil. Un poco de escapismo habría sido apreciado”. AP