Este domingo en horas de la mañana, dejó de existir en Barquisimeto Monseñor Diego Alvarado, a consecuencia de una afección pulmonar severa producto de haber contraído la Covid.19.
A pesar de los cuidados médicos el apreciado representante de Cristo falleció en un centro clínico de la capital larense, causando un profundo pesar en el seno de la feligresía.
Monseñor Alvarado ejerció el sacerdocio por espacio de 45 años. Fiel servidor de Cristo, se distinguió por su amor mariano y su intenso trabajo apostólico en las diversas parroquias en las cuales ejerció. Dejó profunda huella desde su egreso como sacerdote del Seminario Divina Pastor, por su labor pastoral en su labor de difundir el evangelio. En la parroquia Santa Cruz, sembró la semilla del amor a Cristo y a su madre la Virgen María. Cultivó amistades e inculcó a la feligresía de luchar por sus ideas, por la paz, luchar contra las injusticias y sobre todo ser personas de fe.
Al lado de la comunidad dirigió diversos movimientos de la iglesia y en diferentes ocasiones enfrentó con gran valentía los intentos de herejes por invadir terrenos pertenecientes a la comunidad parroquial.
Designado por Monseñor Tulio Manuel Chirivella (+) Arzobispo de Arquidiócesis de Barquisimeto asumió funciones de párroco en la iglesia Concepción de Barquisimeto. Allí dejó una profunda huella con su labor social y espiritual.
Difundió el evangelio en contacto directo con las diversas comunidades pertenecientes a la parroquia Concepción, llevó su mensaje de amor, de fe y esperanza a todos los sectores que hacen vida en la zona central de la capital larense, donde se incluyen los poderes públicos.
Monseñor Diego Alvarado luego de permanecer por varios años en la Concepción fue designado párroco de iglesia La Coromoto. Parroquia responsable de un amplio sector de la zona sureste de Barquisimeto con asiento en la urbanización Bararida, donde permaneció hasta mediados del año 2015.
El día 25 de octubre del año 2015 asumió como párroco de la parroquia Cristo Rey. Fue su décimo sacerdote de la iglesia con sede en la calle 60, urbanización Barrio Nuevo.
Diego, hijo de Zoila Ángulo y Aurelio Alvarado, nació en Barquisimeto el 15 de Julio de 1947 y de acuerdo a información de su familia, deja 7 hermanos menores e infinito número de sobrinos, hijos y nietos de crianza.
Al fallecer sus familia emitió un breve comunicado: “La vida fue un regalo al cual Diego celebró cada día. El sentido de su vida giró en torno a la mirada de Cristo. Por medio del Espíritu Santo y La virgen María nos guían a honrar la vida de Monseñor.
El evangelio nos dice que las ovejas conocen la voz de su pastor. Hoy Diego camina hacia la voz del Señor y entra en Su regazo para el descanso eterno. Agradecidos con todos los que estuvieron presentes en sus últimos días y colmaron su morada con paz y tranquilidad.
Por su parte Monseñor Víctor Hugo Basabe, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Barquisimeto dijo: “En primer lugar, la muerte de monseñor Diego Alvarado es una gran pérdida para la Arquidiócesis de Barquisimeto, un hombre de Dios que entregó su vida por la Iglesia de Barquisimeto. Monseñor Diego se entregó desde muy joven a este ministerio, casi hasta los últimos días de su vida”.
Dios le llenó de presencia en cada proyecto que emprendió con fe y amor. Apreciado por la feligresía, Diego Alvarado señalaba:” Creamos pues en Dios, confiemos en Jesucristo Nuestro Salvador que nos dio por Madre Nuestra a la suya, confiemos también en su maternal protección, si la invocamos ella no nos desamparará, escuchemos su consejo, recemos el Santo Rosario por la salvación de Venezuela y del mundo entero.
En sus homilías resaltaba la necesidad de rezar el Santo Rosario: “Nuestra Señora, la Iglesia y el Evangelio lo que buscan, , es el cambio de nuestros corazones, es por eso que ella pide el rezo del Rosario, ya que este renueva los corazones, cambia a la gente y cuando la gente cambia, la sociedad cambia.
Descanse en paz un santo sacerdote. Apreciado por la feligresía, Diego Alvarado partió a la casa del padre, desde donde cuidará de su rebaño.
Lázaro Aranguren
Fotos. Cortesía JGC