El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo el martes que no se debe subestimar el poder de los militares rusos luego de la rebelión ocurrida el fin de semana por parte de los mercenarios del Grupo Wagner, e informó que la alianza ha incrementado en los últimos días su nivel de preparación para enfrentar a Rusia.
Stoltenberg señaló que la OTAN podría decidir aumentar aún más su fuerza y preparación para enfrentarse a Rusia y a su aliado Bielorrusia cuando los mandatarios de los países miembros de la OTAN se reúnan en Vilna, capital de Lituania, el 11 y 12 de julio.
“Por tanto, sin malentendidos ni cabida para malos entendidos en Moscú o Minsk sobre nuestra capacidad para defender a nuestros aliados frente a cualquier posible amenaza”, aseveró Stoltenberg.
Durante una reunión en La Haya entre miembros de la OTAN, el presidente lituano Gitanas Nausėda dijo que las naciones vecinas se enfrentarían a un peligro mayor si el Grupo de Wagner desplegara a sus “asesinos seriales” en Bielorrusia.
Stoltenberg dijo que aún era pronto para sacar conclusiones sobre lo que podrían hacer el propietario de Wagner, Yevgeny Prigozhin, y algunas de sus fuerzas, o si podrían acabar todos en Bielorrusia.
Los gobernantes acordaron que, dada la breve revuelta de los combatientes de Wagner en Rusia el fin de semana, los aliados debían seguir reforzando su presencia a lo largo del flanco oriental de la OTAN para disuadir al presidente ruso Vladímir Putin de intentar ampliar su guerra.
La OTAN respondió a la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 desplegando batallones de distintas naciones en Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria. Se suman a otros cuatro grupos que fueron desplegados en 2017 en los tres países del mar Báltico y en Polonia, para ampliar la presencia de la OTAN desde el mar Báltico hasta el mar Negro. El lunes, Alemania dijo que está dispuesta a establecer una base permanente de fuerzas en Lituania, en caso de ser necesario.
El primer ministro holandés Mark Rutte y Stoltenberg se reunieron con los mandatarios de Rumania, Polonia, Bélgica, Noruega, Albania y Lituania en la residencia oficial del gobernante holandés en un frondoso suburbio de La Haya. ___
AP