Para la periodista Ana Uzcátegui, “es lamentable que la hostilidad, las restricciones, las amenazas y el peligro sean la constante en el ejercicio del periodismo en Venezuela”.
La licenciada Uzcátegui dejó ver tal expresión al pronunciar un vibrante discurso como oradora de orden en la Plaza Bolívar de Barquisimeto, en el acto central con ocasión de estarse celebrando, este 27 de junio, el Día del Periodista en nuestro país.
De entrada, la oradora de orden dijo sentirse honrada por habérsele designado como oradora de orden para tal acto, y aprovechó para enviar un saludo a la secretaria general el Colegio Nacional de Periodistas, Seccional Lara, licenciada Aura Roa Matheus, quien se halla convaleciente por una afección de salud.
Con cada afirmación que hacía, la licenciada Uzcátegui ofrecía su respectivo argumento.
Remitiéndose a los informes de Espacio Público y del Instituto de Prensa y Sociedad, aseveró que “la libertad de expresión en Venezuela, o está presa, o se fue en desbandada, al igual que lo hicieron más de siete millones de venezolanos, en busca de un mejor futuro”.
Punzada de angustia
–Hay cifras que, para mí –enfatizó–, significan una punzada de angustia: En los últimos 20 años, han cerrado 403 medios de comunicación social en el país. Eso representa unos 40.300 empleos directos perdidos, y estoy segura de que me quedo corta.
–Solamente entre los meses de abril y mayo de este año, Conatel ha sacado del aire cuatro emisoras de radio, y, desde el año 2008, se han aplicado 285 cierres de emisoras de radio.
–Asimismo, han cerrado 19 televisoras y 12 medios digitales, y un total de 87 periódicos han dejado de circular por falta de papel, por la crisis económica, y hasta algunos, como “El Nacional”, por demandas millonarias que le ha impuesto la justicia venezolana.
Reprimir y vigilar
Tras algunas consideraciones, más adelante, la disertante precisó:
–Aunque en la actualidad hay 980 medios de comunicación social activos en Venezuela, la gran mayoría sólo se dedica a entretener, a emitir misceláneas, o a plegarse al discurso de propaganda de un gobierno que se ha empeñado en controlar la conducta de sus ciudadanos, en censurar hasta los tweets, y en reprimir y en vigilar con suspicacia a quienes piensen diferente, sobre todo a periodistas venezolanos independientes.
–Alguien me preguntaba –expuso luego— qué es lo más difícil de mi profesión, y yo no dudé en responderle que luchar a diario contra la censura: Los periodistas, desde hace rato, dejamos de tener acceso a las fuentes oficiales.
–Las cifras del Estado –recalcó luego— hay que buscarlas con lupa. Aquí no sabemos cuánto es el presupuesto de la nación. Las cifras de inflación las da a conocer el Banco Central de Venezuela a destiempo, o a veces las sueltan en alguna frase las autoridades nacionales.
–Viene entonces a ser la realidad la que se impone, cuando el poder deja de hablar de pobreza extrema o de desnutrición infantil, pese a que las autoridades pretendan hacernos creer que el país está bien, como si de “Alicia en el país de las maravillas” se tratase.
–No puede estar bien un país cuando las ruedas de prensa de ministros, de gobernadores o de alcaldes suelen ser simples monólogos. Cuando las preguntas directas escandalizan y sólo dejan malas miradas.
“No somos marionetas…”
–Los periodistas no estamos –enfatizó– para suavizar las noticias ni para repetir como marionetas las propagandas oficiales.
Aseveró también que “a decenas de periodistas, los riesgos les han estallado en la cara: Una cantidad considerable de ellos han sido detenidos arbitrariamente, viven con medidas cautelares o ejercen desde el exilio, todo porque se apegaron al pie de la letra a aquello que, en 1994, quedó establecido en la declaración de Chapultepec: El ejercicio del periodismo no es una concesión de las autoridades. Es un derecho inalienable del pueblo”.
–El miedo siempre va estar presente en nuestras vidas, pero no por eso nos vamos a paralizar.
También en su discurso, la oradora denunció la gran cantidad de personas que, sin tener un título universitario, se aparecen de la nada en las ruedas de prensa, para fungir como “periodistas”.
Finalmente, expresó que, “si bien hoy son más las razones que empañan esta celebración, sintámonos orgullosos de ejercerla con valentía y con el sosiego que deja el deber cumplido, porque ésa es nuestra mayor recompensa”.
Previamente, la interpretación de los Himnos Nacional, del Estado Lara y del Municipio Iribarren corrió a cargo de la Coral «Juan Guillermo Iribarren», de la Alcaldía del municipio capital, dirigida por el profesor Rubén Sulbarán.
Otros actos
También en horas matutinas se desarrollaron otros actos en esta jornada celebratoria.
Así, en la iglesia Inmaculada Concepción, se celebró una misa de acción de gracias, a cargo del padre Jesús Ramírez, director de Prensa de la Arquidiócesis de Barquisimeto, quien valoró la labor informativa, y exhortó a los periodistas a ejercer su profesión “con la verdad siempre por delante”.
Le acompañó como concelebrante el padre Jesús Lares.
Y, luego del acto central al Corporación de Turismo del Estado Lara, a cargo de la licenciada Stephany Ferrer, ofreció un sencillo ágape en la denominada “Casa Amarilla”, de Barquisimeto.
Gráficas: Ángel Zambrano