Reinaldo Gómez.- “Lamentablemente, en Venezuela, la crisis del sector ganadero se ahonda cada vez más como consecuencia de un gobierno retrógrado, irresponsable y sumido en la corrupción, que, simplemente por razones caprichosas e ideológicas, pretende acabar con nuestro sector como sea y de la manera que sea”.
Tal manifestación provino del médico veterinario Hember Meléndez, presidente de la Asociación de Ganaderos del estado Lara, en conversación con este diario, sobre la materia.
Cuando le preguntamos a nuestro interlocutor acerca de cuál o cuáles son los principales problemas del sector ganadero en esta entidad federal en este momento, expresó:
-Bueno, son muchos. En primer lugar, las diferentes trabas a todos los niveles que tenemos para poder desarrollar nuestras actividades, una situación que no es desde ahora sino desde hace muchos años, porque viene desde los tiempos de la cuarta república; pero lo que ocurre es que ahora se han a agravado y profundizado, algo que deviene, a mi juicio, del hecho de que este gobierno nos ve a nosotros sencillamente como una clase social indeseable, como si fuésemos unos enemigos del país, y todo lo que hace con relación a nosotros es sencillamente con la intención de perjudicarnos.
-Así -prosiguió-, en este momento, no tenemos insumos para optimizar y mejorar la producción; no se encuentran repuestos para las maquinarias propias de la producción ganadera, o de carne; existe una política económica oficial destinada a hundir al sector productivo del país en general, y, en ella, aparentemente nosotros ocupamos el primer lugar, en lo que pareciera ser una cadena de ‘fusilamiento’ institucional, y todo ello, sumado a la situación país, por supuesto, conspira para que los precios del queso y de la carne se mantengan en alza continúa, aún cuando, circunstancialmente, en algún momento puedan bajar de precio.
Como detalle significativo, mencionó el hecho de que muchos ganaderos, ante lo improductivo que se ha vuelto tal industria, han optado por, sin dejar de atender lo mejor posible sus fincas, dedicarse paralelamente a otras actividades productivas.
-Es más: Incluso, ya también son muchos los ganaderos que están ofreciendo en venta sus fincas, a un precio que pudiéramos llamar ‘accesible’, pero -y ése es otro reflejo de cómo está el país- no hay quién compre, por la sencilla razón de que, como ya lo he indicado, nadie se va a meter en ese ‘berenjenal’ de problemas que significa ahora la actividad ganadera.
-Y, por si fuera poco -siguió diciendo-, de paso, hace ya bastante tiempo que en este país se acabaron los créditos bancarios de todo tipo, y no solamente para los ganaderos, sino para todo el mundo. Esa es, lamentablemente, la situación que ahora vive el sector ganadero del país.
Importación
Le comentamos a nuestro interlocutor que el gobierno ha tratado de minimizar tanto la escasez como el alto costo de la carne poniendo en práctica una política de importación del producto, e incluso vendiéndola al consumidor por debajo del precio comercial.
-Pero es que, precisamente -aseguró-, ahí es en donde está la cuestión. Fíjate: El gobierno importa todos los años toneladas y toneladas de carne, y la paga a tres dólares el kilogramo a los productores de los países de origen, para luego venderla aquí al consumidor a un precio menos costoso que el del precio comercial, con lo cual, aparte de que se causa un daño severo al patrimonio económico del país, se sigue poniendo en práctica tan nocivo, nefasto y perverso procedimiento, en un afán por mantener sobre la gente un control político puntual.
-Obviamente, la pregunta lógica y obligada es: ¿Y por qué motivo el gobierno no compra a ese mismo precio la carne de los ganaderos venezolanos? Pues no lo hace sencillamente porque no quiere hacerlo, aún cuando sí nos ofrece comprárnosla a nosotros, pero al precio de un dólar el kilogramo, mientras que, repito, la carne extranjera la compra a tres dólares el kilogramo, todo lo cual, por supuesto, contribuye a agravar o a deteriorar la actual situación de los productores de carne y de queso.
-Por supuesto, y también como reflejo de la situación del país, aquí viene incluida la porción de los ‘bajes de mula’ y de las coimas; es decir, la ahora infaltable corrupción, que también es una de las tantas característica negativas de este gobierno, y que no es invento mío, sino que ha sido reconocido en cadena nacional de radio y televisión hasta por el propio presidente de la república, Nicolás Maduro.
Admitió luego Meléndez que, en algún momento, el precio de la carne “puede que haya bajado un poquito”.
-Pero -explicó de seguidas- eso se origina en el hecho de que, justamente, debido a las últimas subidas de precio del producto, el venezolano de a pie está comprando ahora mucho menos carne que antes, porque simplemente la gente en Venezuela, o la mayoría de la gente, ya no tiene ni para comprar un kilo de carne. Así de sencillo. Y eso ha obligado a los carniceros a bajarle el precio, incluso aún sufriendo pérdidas, en muchos casos.
-Es más -y eso es fácil verlo ahora-, en las mismas carnicerías, o al menos en muchas de ellas, están ahora vendiendo otros rubros muy distintos a la carne, rubros que anteriormente nadie se imaginó que allí pudieran expenderse, cuestión que se debe, lógicamente, a que el carnicero algo tiene qué vender para poder subsistir y llevar el sustento a su familia.
Conclusión final
-No quiso Meléndez finalizar este diálogo sin antes expresar que el problema fundamental en Venezuela, “un problema de todos los venezolanos”, no es otro que el galopante proceso inflacionario que el país ha vivido dramáticamente en los últimos 20 años.
-Y ese pavoroso proceso inflacionario -recalcó- se ha originado en las diversas y desacertadas políticas económicas puestas en práctica por el gobierno nacional, algo que este régimen no quiere reconocer, y que se empeña en no querer reconocer, que han sido totalmente desacertadas, lo que, en otras palabras, significa que, así las cosas, la inflación continuará. Entonces, así, ¿Cómo diablos van a bajar los precios de la comida?, o, en otras palabras, ¿Cómo diablos va a bajar el alto costo de la vida? Nunca. Más bien, de esa forma, simplemente la inflación seguirá su desenfrenada y siempre ‘triunfal’ carrera en Venezuela.